MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Instituto Galien (Francia) ha desarrollado nanopartículas que son efectivas en el tratamiento de procesos inflamatorios severos que se encuentran en muchas patologías y particularmente en las infecciones de Covid-19.
Los procesos inflamatorios incontrolados constituyen un importante problema de salud porque están en el origen de muchas patologías que pueden ser graves o incluso letales. Por ejemplo, algunos pacientes de Covid-19 experimentan un deterioro de su estado después de una reacción inflamatoria incontrolada que conduce a una insuficiencia respiratoria, que a veces requiere intubación y reanimación, llegando a provocar incluso la muerte.
En la actualidad, muy pocos tratamientos son efectivos para tratar estas inflamaciones severas y los que existen tienen efectos secundarios indeseables. Los estudios realizados en los dos últimos decenios tienden a demostrar que estos estados de inflamación aguda son causados por una combinación de dos factores: una inflamación combinada con un episodio de estrés oxidativo, que contribuyen a alimentarse mutuamente y a establecer así un círculo vicioso capaz de perpetuar y propagar la respuesta inflamatoria.
La introducción de las nanotecnologías en la farmacología ha revolucionado la administración de medicamentos, en particular gracias al principio de la vectorización. La administración de medicamentos se basa en el principio del direccionamiento, que consiste en encapsular el medicamento en un nanovector (lo más frecuente es que se trate de un liposoma, una nanopartícula o una micela), de modo que éste suministre su principio activo sólo después de llegar al tejido diana y penetrar en la célula enferma.
Generalmente entre 20 y 300 nanómetros, el pequeño tamaño de estos dispositivos terapéuticos les permite proteger el ingrediente activo, atravesar ciertas barreras biológicas y entregar la droga más eficazmente en el cuerpo. Por consiguiente, el objetivo de la dirección es mejorar la eficacia de los tratamientos y, al mismo tiempo, obtener un mejor control de su índice terapéutico, lo que permite reducir su toxicidad y limitar sus efectos secundarios.
Ahora, estos investigadores han combinado diferentes ingredientes activos dentro de la misma nanopartícula conjugando el escualeno, un lípido natural, con la adenosina, un inmunomodulador, y luego combinándolo con el alfa-tocoferol, un antioxidante natural.
Su estudio 'in vivo' en un modelo animal de choque séptico demostró que, al explotar las disfunciones de la barrera endotelial en los lugares de inflamación aguda, estas nanopartículas multimedicamentosas podían suministrar agentes terapéuticos de manera selectiva y, por lo tanto, mejorar considerablemente las posibilidades de supervivencia.
Estos resultados prometedores podrían complementarse ahora con estudios clínicos para, con suerte, llegar a desarrollar un nuevo medicamento eficaz para combatir la inflamación grave e incontrolada y abrir nuevas vías para combatir las reacciones inflamatorias paradójicas, como las asociadas a la infección por Covid-19.