MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo artículo de la Universidad de Utah (Estados Unidos) ha desarrollado un modelo de autoadministración de cocaína con mosca de la fruta que puede utilizarse para explorar las bases genéticas de la adicción a la cocaína.
Tal y como publican Adrian Rothenfluh y sus colaboradores de la Universidad de Utah en de 'JNeurosci', para modelar la ingesta voluntaria de cocaína en moscas de la fruta, o Drosophila melanogaster, primero se evaluó el consumo de cocaína y las preferencias de este insecto. La cocaína era innatamente aversiva para las moscas de la fruta porque activaba sus receptores de amargor.
En otras palabras, a las moscas de la fruta no les gustaba el sabor amargo de la cocaína. Cuando los investigadores mutaron un gen de estos receptores para reducir la percepción del amargor, esto hizo que la cocaína fuera menos aversiva para las moscas, y comenzaron a acercarse a una solución que contenía cocaína. Con el tiempo, las moscas de la fruta con receptores mutados incluso prefirieron la solución de cocaína a una solución de sacarosa.
Rothenfluh asegura: "Anteriormente hemos modelado la autoadministración de alcohol en moscas de la fruta, y esto ha revelado que los humanos y las moscas de la fruta comparten muchos de los mismos genes que impulsan el consumo y la adicción al alcohol".
Por lo tanto, concluye, "es razonable pensar que los genes implicados en la adicción a la cocaína en humanos también podrían estar involucrados en este modelo de la mosca de la fruta".