MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
La idealización de la Navidad como la fecha más bonita del año puede producir sentimientos de desamparo, soledad y frustración, según informan desde la Asociación de Iniciativas Sociales (AISS) Salud Mental.
"Experimentar emociones forma parte de la naturaleza humana, sea la época que
sea", asegura la psicóloga de AISS, Paula Cuesta. La tristeza por la pérdida de un ser querido puede experimentarse en cualquier momento, sin embargo, lo que hace que la Navidad destaque sobre otras etapas, "son las expectativas que se le dan y las imposiciones que erróneamente se adjudican", por ejemplo, obligarse a estar feliz "genera frustración, ansiedad e ira", alerta. Es importante, por tanto, saber reconocer las emociones y expresarlas.
Esta época se relaciona con momentos felices que tienen que ver con reencuentros con familiares y amigos, comidas especiales, decoración mágica, regalos, etcétera. Sin embargo, la realidad es que estas fechas producen "sentimientos muy diferentes dependiendo de la persona", aseguran desde la asociación.
El reencuentro con familiares y amigos o la falta de contacto con ciertas personas en estas fechas pueden producir frustración, por esperar demasiado de alguien; o soledad, por echar de menos a un ser querido o a alguien con quien se han cortado relaciones, alerta AISS.
Hay varias situaciones concretas relacionadas con estas fechas que producen un estrés controlable. Las grandes reuniones y, sobre todo, el exceso de socialización si este no es habitual, puede producir sensaciones de agobio y presión sobre las personas. En estos casos lo más recomendable es distanciarse del grupo y relajarse con actividades más solitarias como hacer deporte, leer, escuchar música o dar un paseo.
Otro factor son los regalos y sus consecuentes dudas, insatisfacción, miedo a fallar e inestabilidad económica producen frustración a la hora de comprar, perdiendo el disfrute. Desde AISS recomiendan racionalizar los pensamientos, recordar que los regalos no demuestran el afecto y valorar el resto de momentos que brindan las personas.
Por último, el exceso de comida produce, además de malestar físico, malestar emocional, en tanto en cuanto que las personas pueden sentir culpabilidad por una dieta poco adecuada o por un gasto desmesurado. Para ello, la recomendación de los expertos pasa por tener control sobre la situación, tanto a la hora de comprar, como a la hora de comer, disfrutar de los alimentos tradicionales de las fechas pero sin excederse, pensando de forma racional en el desperdicio de comida y en la indigestión.
La directora y fundadora de AISS Salud Mental, Ana Villota, aconseja que para disfrutar de las fiestas, se trabaje la actitud positiva, haciendo lo que a cada uno haga feliz, "aunque no sea lo que está establecido", así se dejan a un lado las obligaciones y presiones. Además, es mejor "evitar temas que generen conflicto y mantener el entusiasmo", según la especialista.