Dermatólogos apuestan por abandonar "los mensajes extremos" para combatir la tanofobia o miedo irracional al sol

Actualizado: viernes, 7 mayo 2010 15:34

Lo ideal sería "matizar" los consejos sobre el sol para jóvenes y mayores

MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -

Los dermatólogos se plantean "abandonar los mensajes extremos sobre la cultura del sol" para poder seguir combatiendo la tanorexia o adicción al sol, culpable de que los casos de cáncer de piel aumenten cada año un 10 por ciento, pero sin elevar los casos de una nueva enfermedad llamada tanofobia o miedo irracional al sol, que perjudica a los más mayores.

Según explica a Europa Press el presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el doctor Julián Sánchez Conejo-Mir, "el dermatólogo debe matizar sus mensajes sobre el sol, destinando consejos específicos para los jóvenes que son o tienen riesgo de caer en la tanorexia y para los mayores, que necesitan por salud tomar el sol".

Este experto asegura que tanorexia y tanofobia son "adicciones estéticas igual de peligrosas para la piel" y de las que, en las consultas, se encuentran cada vez más casos, a pesar de que aún no están contempladas por las academias como enfermedades de la piel.

"Los dermatólogos pueden encontrar, a diario en sus consultas, entre 20 y 25 personas con tanorexia o tanofobia", precisa el doctor Sánchez Conejo-Mir, quien dice que la "adicción a estar moreno se da más en los jóvenes y el miedo al sol en los mayores".

La tanorexia se define como "el deseo compulsivo y absolutamente insano de estar moreno todo el año". "Se trata de un trastorno dismórfico corporal, incluido en el término dismorfofobia, que incluye otros como la anorexia o la vigorexia. Lo pusieron de moda los Beckham y ahora está también el diseñador Valentino o la actriz Lindsay Lohan", indica.

"Este problema aparece porque, al ponerse al sol, el cerebro libera unas sustancias llamadas endorfinas o encefaquinas que hacen que la persona se sienta bien y que, cuando estas endorfinas descienden, sientan la necesidad imperiosa de volver al sol", explica.

Los 'adictos al moreno' presentan síntomas como ansiedad por no perder el tono, competencia entre amigos y familiares por ver quién está más bronceado o distorsión de la realidad, ya que, según este dermatólogo, "se ven blancos".

Suelen utilizar además las cabinas de rayos uva y según el presidente de AEDV, "una sesión de 7 u 8 minutos equivale a un día entero de sol". "Lo peor es que, quien se da rayos, suele ir varias veces por semana, lo que al final es mucha radiación", advierte.

Las consecuencias son el aumento de arrugas y las manchas, el envejecimiento de la piel, y la queratosis solares. Además, multiplica por tres la posibilidad de cáncer de piel. "En dos o tres años de tanorexia, la piel envejece y a los cuatro o cinco, puede aparecer el cáncer de piel", alerta.

Por su parte, la tanofobia es el miedo irracional a tomar al sol, fruto de los consejos extremos que muchos dermatólogos han dado sobre la protección extrema y que, sobre todo en personas mayores, "aumenta el riesgo de déficit de vitamina D, lo que puede dar lugar a la aparición de cánceres como el de colon, mama o próstata, además de debilitar los huesos".

"Suele ser --dice-- un problema de personas entre los 50 y los 60 años. A partir de los 50, aunque se tomen muchos huevos o mucha leche, la pro-vitamina D no se convierte en verdadera vitamina D si no se toma el sol. "Por ello --añade-- los dermatólogos están reconsiderando la cultura frente al sol, apostando por evitar los mensajes extremos y adaptando los consejos para cada edad".