MADRID, 5 Jun. (EDIZIONES) -
El picor, los brotes de dermatitis, la urticaria, y los eczemas se disparan en los meses cálidos del año. ¿Por qué en primavera suelen aumentar los casos o brotes de dermatitis atópica? ¿Qué papel juegan las alergias estacionales en la piel?
Para entenderlo un poco mejor entrevistamos en Europa Press Salud Infosalus a la doctora Carmen Kannee, médico equipo de dermatología del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), quien explica que las alergias estacionales sí influyen en la aparición de brotes de dermatitis en los pacientes con piel atópica.
"Esto se debe a que los pacientes con dermatitis atópica tienen una barrera cutánea genéticamente frágil, que puede reaccionar de forma exagerada a estímulos ambientales, entre ellos, los alérgenos del aire, como el polen, cuya presencia está incrementada durante la primavera", afirma esta experta.
De hecho, indica que los aeroalérgenos son reconocidos por el sistema inmunitario de las personas atópicas sensibilizadas como 'invasores', provocando una reacción inflamatoria que no sólo afecta a las vías respiratorias (rinitis o asma), sino también a la piel, lo que puede contribuir a desencadenar o a empeorar un brote de dermatitis atópica, o causar en un episodio de urticaria por contacto mediada por estos aeroalérgenos.
Con la entrada del verano, y con el aumento de la temperatura y de la exposición solar, aparecen determinadas afecciones cutáneas que son más características de la temporada, al mismo tiempo que estas condiciones que a continuación se detallan se ven favorecidas por el uso de ropa ajustada, la acumulación de sudor y la humedad ambiental:
1. Sudamina (miliaria): es una erupción por obstrucción de los conductos sudoríparos, muy común en niños y en personas que sudan en exceso.
2. Dermatitis por contacto: aunque pueden aparecer durante cualquier época del año, pasar mayor tiempo al aire libre realizando actividades puede aumentar el contacto con plantas, con metales (como el níquel de algunos accesorios), cremas solares o repelentes, causantes de dermatitis por contacto irritativas o alérgicas.
3. Fotodermatitis: reacción de la piel al sol tras el contacto con ciertas sustancias fotosensibilizantes, como zumo de lima, plantas, perfumes, o medicamentos.
4. Eccema dishidrótico: afección frecuente en las manos y en los pies, que se agrava con el calor y la humedad
5. Intertrigo: aparición de áreas rojas húmedas y picor en los pliegues cutáneos, sobre todo, submamario e inguinal, debido a la fricción continua y sudor en la zona, exacerbado en la época de calor. Es frecuente la sobre infección con hongos.
6. Urticaria colinérgica: brote de ronchas pequeñas con picor inducidas por el calor o el ejercicio.
7. En el caso de la dermatitis atópica, la exposición a la radiación ultravioleta del sol puede mejorar los brotes durante el verano y la mayoría de los pacientes experimentan mejoría por este mecanismo; sin embargo, el calor y el sudor empeoran los brotes, por lo que también es posible que empeoren si el calor y sudor son predominantes sobre la exposición solar al aire libre con una temperatura más fresca.
EL SUDOR PUEDE AGRAVAR LA DERMATITIS
Precisamente, la doctora Kannee subraya que el sudor puede agravar significativamente la dermatitis, especialmente en personas con piel sensible, o en condiciones preexistentes como la dermatitis atópica. "Aunque el sudor en sí no es dañino, pues es una forma natural de regular la temperatura, contiene sales y otras sustancias que, al evaporarse, pueden irritar la piel o alterar su pH. Además, al combinarse con bacterias y humedad, puede provocar inflamación, picor y brotes", remarca.
En concreto, dice esta dermatóloga de IDEI que las zonas más vulnerables son aquellas donde se acumula el sudor y hay fricción o poca ventilación, como: Pliegues del cuello, axilas, área bajo el pecho, ingles, parte posterior de las rodillas, codos, rostro y cuero cabelludo en casos de sudoración intensa.
"Estas zonas requieren especial atención, ya que la humedad constante puede generar un ambiente propicio para el desarrollo de infecciones cutáneas secundarias por bacterias o hongos", asevera esta doctora.
CONSEJOS PARA PREVENIR BROTES EN LOS MESES MÁS CÁLIDOS
En resumen, y a la hora de cuidar la barrera cutánea, esta especialista remarca que se debe trata de una práctica que se debe mantener durante todo el año y los pasos fundamentales para ello son:
1. Ducha diaria con agua templada: evitar duchas muy calientes que resecan la piel; si se suda mucho, como sucede en los meses de más calor y actividades al aire libre, puede ser necesario ducharse dos veces al día.
2. Uso de sustitutos del jabón, que limpian la piel sin resecar; preferiblemente escoger en formato líquido o aceites lavantes, sin perfume o colorantes, que son los más suaves; no usar esponja.
3. Secado cuidadoso: con toques suaves, sin frotar, especialmente en los pliegues de la piel.
4. Aplicar crema hidratante, reparadora de barrera cutánea, sin perfume, inmediatamente después de la ducha: "Durante la primavera, si la piel está bien hidratada, se va a traducir en una barrera cutánea más fuerte, lo que impide la entrada de alérgenos, reduce la pérdida de agua y disminuye la sensibilidad a factores irritantes. Al menos dos veces al día. La primera aplicación debe hacerse justo después del baño, con la piel aun ligeramente húmeda, para atrapar la humedad, así como después de la exposición al sol o al aire libre o siempre que se note que la piel está tirante o seca. Se deben elegir productos sin alcohol, sin perfumes y con ingredientes reparadores de la barrera cutánea como glicerina, ceramidas o avena coloidal".
5. Cambio frecuente de ropa: si se ha sudado, para evitar mantener la humedad en contacto con la piel.
6. Ropa de algodón o tejidos transpirables: que no retengan el sudor ni generen fricción.