MADRID, 16 May. (EDIZIONES) -
Con la llegada de la primavera empezamos a destapar esa piel que hemos tenido oculta durante el invierno. Es en esta época también cuando florecen las alergias gracias a la polinización típica. Con ello, se produce un estímulo en el sistema inmunológico que puede hacer que empeore la dermatitis atópica.
Así lo explica a Infosalus la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Madrid, la doctora Inés Gonzalo, quien resalta que se trata de una enfermedad de alteraciones inmunológicas y por ello suele empeorar en esta época. "Se altera el sistema inmune con un mayor número de alérgenos por la polinización", precisa.
En concreto, la Fundación Piel Sana (Academia Española de Dermatología y Venerología) define la dermatitis atópica como "una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que aparece fundamentalmente en niños". Es benigna y no contagiosa, según asegura, y suele iniciarse en la infancia, aunque en general dice que mejora con la edad, "aunque puede persistir en la edad adulta o incluso iniciarse en esta época de la vida", aclara.
La doctora Gonzalo destaca en este sentido que se trata de un trastorno "muy común" y "cada vez más frecuente", sobre todo en los países desarrollados, y que afecta por igual a ambos sexos, especialmente a los niños.
"Cada vez es más prevalente y hay más niños con dermatitis atópica, pero la mayor parte de casos llegan a curarse en la infancia, cuando el sistema inmune va calmándose, y no llegan a la edad adulta con ella. Esto es debido a la cultura de la higiene, principalmente. Cuanto más limpiamos a un niño, menos expuesto está a los alérgenos y su sistema inmune los reconoce como más extraños, y entonces se generan más reacciones, en forma de dermatitis atópica", explica la dermatóloga.
En concreto, esta patología se caracteriza, según la Fundación Piel Sana, por la combinación de tres síntomas fundamentales: piel seca (xerosis), picor (prurito), y lesiones eczematosas (inflamación de la piel, con enrojecimiento y descamación). Además, recuerda que la enfermedad suele cursar en forma de brotes, con empeoramiento de los síntomas con el uso de irritantes (como por ejemplo la lana o los detergentes), el estrés, el frío o el sudor.
Por otro lado, la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Madrid resalta que, aunque la causa sigue siendo desconocida, se cree que los factores genéticos pueden predisponer a su aparición. Desde la Fundación Piel Sana añaden que también pueden influir en la dermatitis atópica factores ambientales y del sistema inmunológico.
"Aunque hoy en día no es posible predecir si una persona va a presentar esta enfermedad, sí que se sabe que aquellas con antecedentes familiares de dermatitis atópica, rinitis alérgica, conjuntivitis alérgica o asma tienen más probabilidades de padecerla", indican.
QUÉ HACER SOBRE TODO EN PRIMAVERA
Con todo ello, desde la Fundación Piel Sana y la doctora Gonzalo recomiendan:
- Evitar al máximo la exposición a los alérgenos y todos aquellos sitios donde puedan encontrarse como campos, parques por ejemplo.
- Evitar el contacto estrecho con animales.
- Ventilar bien la casa para que no haya ácaros.
- Intentar no usar jabones muy agresivos para ducharse, y que no tengan detergente. Emplear jabones suaves, neutros, con alto contenido en aceite ('extragrasos') y sin perfumes.
- Emplear ropa preferentemente de algodón o de fibras naturales. Evitar la lana y los tejidos sintéticos.
- Aplicar cremas hidratantes específicas más veces al día de lo que pueden hacerse en otras épocas del año, preferentemente tras la limpieza de la piel, con la piel húmeda.
- Aprovechar los primeros rayos de sol y el buen tiempo para, de forma medida y moderada, exponerse al sol, evitando siempre las horas centrales del día. "El sol viene bien por su efecto antiinflamatorio, ya que con la dermatitis esa piel está inflamada", precisa.
- Evitar ambientes secos y prevalecer los húmedos.
- No bañar todos los días a los niños porque si no se les elimina la capa de grasa de la piel que les protege frente a esos alérgenos.
- Realizar duchas cortas (máximo 10 minutos) una vez al día con agua tibia, evitando baños largos o con agua caliente.
- Evitar la fricción excesiva o el uso de esponjas ásperas.
- Cortar bien las uñas y mantenerlas limpias para evitar infecciones por el rascado.
- Evitar cubrir excesivamente la piel, ya que el sudor puede empeorar los síntomas.
- Evitar el uso de detergentes, suavizantes y otros productos irritantes. Puede lavar la ropa a máquina pero aclárela bien con un centrifugado extra.
- Se recomienda utilizar guantes para realizar las tareas domésticas.
- En los bebés, cambiar los pañales cuando estos estén húmedos.
- Evitar el exceso de calor y cambios bruscos de temperatura. La temperatura ideal está alrededor de los 20ºC.