MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) que lidera Germaine Escames en el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada ha realizado un estudio que demuestra el importante papel que tiene la melatonina, una hormona que regula el sueño, contribuyendo a la muerte celular o apoptosis de las células del carcinoma escamoso de cabeza y cuello.
El estudio ha sido publicado en la revista 'Journal of Pineal Research' y pone de manifiesto la importancia de la melatonina como sustancia anticancerígena, al mismo tiempo que protege las células sanas.
Se espera que los casos de cáncer, segunda causa de mortalidad en todo el mundo, aumenten para 2025, siendo el carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello (HNSCC) responsable de 500.000 casos nuevos cada año. A pesar de los avances continuos en cirugía, radioterapia y quimioterapia, las tasas de supervivencia a los 5 años se mantienen por debajo del 50 por ciento. El HNSCC recurrente contribuye a una morbilidad significativa y conlleva una supervivencia pobre en general, y la investigación de nuevas dianas terapéuticas y tratamientos es bastante urgente.
La melatonina tiene una relevancia particular para el desarrollo de tratamientos innovadores para el cáncer, por sus propiedades anticancerígenas, y su papel en la apoptosis celular. La investigación ha consistido en observar en el laboratorio el comportamiento de los carcinomas de células escamosas de cabeza y cuello tras la administración de un tratamiento de melatonina de 500 y 1000 um durante 48 horas.
Los resultados muestran como la melatonina produce una acción directa en la mitocondria, aumentado los niveles de especies reactivas de oxígeno (ROS) que, como consecuencia, aumentan el estrés oxidativo y provocan un marcado aumento de muerte de HNSCC. Sin embargo, la melatonina en las células no tumorales tiene un efecto opuesto actuando como antioxidante. Los investigadores demuestran en este trabajo el mecanismo de la melatonina para ejercer este efecto dual, proteger a las células sanas y aumentar la muerte de las células tumorales.
Este hallazgo puede suponer un importante avance en el desarrollo de tratamientos menos agresivos y más efectivos para el tratamiento del cáncer escamoso de cabeza y cuello, mejorando el pronóstico y la supervivencia.