Foto: GROOK DA OGER/WIKIMEDIA COMMONS
MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital Universitario de Southampton, en Reino Unido, han constatado que los casos de anafilaxia como efecto secundario de la inmunización son "extremadamente poco frecuentes", tras haber realizado un seguimiento de todos los niños menores de 16 años vacunados en Reino Unido e Irlanda entre 2008 y 2009. Sólo detectaron siete casos relacionados.
Una de las más graves complicaciones médicas que se pueden sufrir, con un alto riesgo de muerte, es la anafilaxia, reacción inmunitaria generalizada del organismo que se produce en diversas situaciones y por múltiples causas, como el consumo de alimentos específicos, medicamentos, picaduras de insectos y también las vacunas.
Sin embargo, y según explican los autores de esta investigación en 'Archives of Disease in Childhood', este estudio ha demostrado que en el caso de las vacunas el riesgo de choque anafiláctico es "extremadamente raro", pese a los argumentos alarmistas que se esgrimen en contra de esta prevención.
"Los datos son muy tranquilizadores para el público general y los trabajadores de la salud", asegura al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) el doctor Mich Lajeunesse, autor del estudio.
Para realizar el estudio, Lajeunesse y su equipo utilizaron la muestra de todos los niños menores de 16 años de Irlanda y Reino Unido que supuestamente habían sufrido choques anafilácticos después de ser vacunados, entre los años 2008 y 2009. Todos los casos habían sido registrados por especialistas, tal y como exige la Unidad de Vigilancia Pediátrica Británica.
En este periodo se documentaron únicamente 15 casos de ataques posteriores a la vacuna del sarampión simple, la del virus del papiloma humano (VPH), dos tipos de vacunas para la meningitis, una de la hepatitis A, una tifoidea y una de recuerdo (posiblemente del tétanos o la polio).
Sin embargo, según los investigadores, sólo siete de esos 15 casos se podían confirmar como verdadera anafilaxia.
Aunque a veces sea difícil distinguirla de la alergia, se puede identificar por la extensión de la reacción inmunitaria, que habitualmente comprende uno o más sistemas orgánicos.
Cuando las manifestaciones de la anafilaxia ponen en riesgo inmediato la vida del paciente, se utiliza una inyección intravenosa de adrenalina, mientras que en casos menos severos se utiliza la vía intramuscular e incluso la cutánea, tratamiento que se aplicó en seis de los casos estudiados.
PROTECCIÓN EFICAZ
Tres de las crisis se relacionan con la vacuna del VPH pero, durante ese periodo, el total de dosis administradas superó los dos millones, por lo que la incidencia de la complicación inmunológica es de 1,4 casos por cada millón. Además, ninguno de los incidentes se ha asociado a las inmunizaciones normales de los niños preescolares.
Dos de los pacientes habían sido tratados con la vacuna de un solo componente, pero se estima que en esos años se vacunaron alrededor de 16.000 personas, por lo que la incidencia de anafilaxia es de 12 casos sobre 100.000, según las conclusiones de los autores.
Pese a datos como estos, los autores lamentan que el movimiento 'antivacunas' aumente en adeptos que, en muchos casos, niegan la eficacia del tratamiento y consecuentemente no inmunizan a sus hijos, con el riesgo que esto supone para la salud pública.
"La vacunación protege a los niños de infecciones serias. Muchas enfermedades habían desaparecido prácticamente gracias a la inmunización, lo que ha hecho que la gente se relaje", apunta el científico. "Pero es un error pensar que la inmunización no es necesaria".