MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La psicóloga Silvia Morales, especialista del área infanto-juvenil y adulto del hospital Hospiten Roca (Las Palmas), ha asegurado que aplazar deliberadamente tareas importantes, lo que se conoce como procrastinar, "no es una mala gestión del tiempo, sino una mala gestión emocional" que puede afectar de forma significativa al bienestar.
"Procrastinar proviene de no saber lidiar con la incomodidad que sentimos al momento de hacer algo", ha afirmado Morales apuntando que dicha incomodidad puede verse incentivada por la suma de factores emocionales y psicológicos, que pueden ir desde el miedo al fracaso, la ansiedad o la depresión hasta la falta de ilusión o incluso el perfeccionismo.
En esta línea, ha aseverado que procrastinar "no es solo flojera o pereza", sino una respuesta del cerebro, que busca evitar el malestar activando el sistema de recompensas inmediatas. Unos premios instantáneos que puede obtener a través de actividades fáciles, como ver redes sociales, vídeos o comer dulces.
"Esta respuesta tiene una explicación científica. La amígdala que se encarga del control del miedo y de la ansiedad se sobre activa cuando se percibe que algo es una amenaza. Paralelamente, la corteza prefrontal, encargada de controlar los impulsos, comienza a desactivarse. Entonces, el cerebro conduce a hacer lo fácil y placentero", ha detallado la psicóloga.
CÓMO HACER FRENTE A LA PROCRASTINACIÓN
Silvia Morales ha afirmado que esta mala gestión emocional puede solventarse siguiendo algunas pautas de organización. Por ejemplo, ha recomendado dividir las tareas en pequeños pasos, establecer plazos para las mismas, eliminar distracciones como redes sociales y comenzar las tareas a pesar de no tener ganas.
Junto a esto, la especialista ha sugerido que puede ser positivo cambiar de ambiente y mantener este siempre organizado, sin objetos que puedan servir de distracción.
Además, ha apuntado la importancia de dejar de creer en los pensamientos limitantes que envía el cerebro, tales como "no sirves para eso, eres incapaz o no tienes fuerza de voluntad", empezar a hablarse a uno mismo desde el cariño y encontrar el propósito o sentido de la vida.
"Tenemos que hacer aquello que resulta fácil hacer, aquello que cuando lo hacemos se nos pasa el tiempo volando. Esto es lo que nos ilusiona, lo que se nos da bien, algo que es innato. En definitiva, aquello para lo que hemos nacido, aquello que haciéndolo nos hace sentir felices", ha explicado.
A este respecto, ha indicado que cada uno debe buscar dentro de sí mismo para detectar dicho propósito y encontrar la motivación e ilusión que impulsen su día a día, cumpliendo así con la necesidad de autorrealización. Para ello, ha insistido en que no se puede esperar "a tener ganas" sino que hay que hacer el esfuerzo y obligarse a ello.
"Después del esfuerzo o del sobresfuerzo, sobreviene la ilusión y la motivación. Por lo tanto, esto es necesario para no dejar abierta la puerta de la inoperancia, de la apatía o de la desgana. En definitiva, de la procrastinación", ha finalizado.