Por qué decir que no a los andadores o tacatá en menores

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Actualizado: jueves, 30 marzo 2023 13:41

   MADRID, 30 Mar. (EDIZIONES) -

   Seguro que a más de uno nos han puesto en un andador o taca taca con la buena intención de ayudarnos a caminar antes y mejor. Pero sin más lejos de la realidad, hoy en día esto está totalmente desaconsejado. Básicamente porque son peligrosos, y con ellos se favorecen muchos golpes, caídas, y accidentes en los más pequeños de la casa. 

   De hecho, desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) estiman que entre un 12 y un 33% de los niños que los usan podrán sufrir un accidente. Preguntamos en una entrevista con Infosalus a la pediatra Mar López por este asunto, quien afirma que, efectivamente, estos provocan numerosos accidentes.

   "Un niño piensa que a esa edad no es capaz de moverse. Pero se le pone en un andador y lo convierten en un niño que es capaz de moverse y podrá hacer cualquier cosa. No sabe que las cosas queman, o que hay escaleras donde se puede hacer daño", subraya.

   Dice que con el tacataca aumenta el peligro de caídas, especialmente por la escalera; de intoxicaciones; golpes contra objetos derribados por el menor; quemaduras al poder alcanzar superficies que antes no; o ahogamientos, entre otros.

UNA VELOCIDAD MUY ELEVADA

   Igualmente, sostiene que con el tacatá los niños van a una velocidad muy elevada, más que si fueran andando de forma normal: "Con el uso de estos aparatos hay muchos golpes en la cabeza, caídas y quemaduras".

   Por otro lado, avisa de que los menores que usan los andadores terminan por andar más tarde que los demás porque suelen aprender a desplazarse de puntillas, no apoyan del todo el pie, y este aparato, en definitiva, dice que no les enseña a caminar. "Tampoco los pequeños tienen la necesidad de andar porque ya están consiguiendo desplazarse con este aparato", remarca esta especialista.

TARDAN MÁS EN APRENDER A ANDAR

   A este respecto, la AEPAP precisa que los niños que usan andadores tardan más en aprender a andar debido a que el modo en el que se usa el tacatá va en contra del desarrollo normal de la marcha: "Esto ocurre porque se crean puntos de equilibrio equivocados, se trabajan músculos que no hacen falta y no deja que exploren el mundo que los rodea. Así mismo, también corren el riesgo de que al final anden de una forma rara, que haya que corregir más adelante".

   Con ello, esta entidad científica considera que lo mejor para que un niño aprenda a andar es dejar que crezca a su ritmo y que descubra por el mismo lo que necesita para dar sus primeros pasos.

   La doctora Mar López Sureda es madre y pediatra de Atención Pediatra, así como máster de Atención Primaria y otro en Nutrición infantil, y acaba de publicar 'Las respuestas de mi pediatra. Tu guía fácil y práctica de salud infantil en casa' (Grijalbo).