¿Debo poner auriculares a mi hijo en un concierto?

Bebé con auriculares en un concierto, familia, sonrisas
NORTH CHARLESTON/Flickr
Actualizado: sábado, 1 julio 2017 11:21

   MADRID, 1 Jul. (EDIZIONES) -

   El verano es la época de los conciertos de música por antonomasia Y cada vez es más habitual ver la imagen de un bebé pequeño con unos auriculares en un concierto pero, ¿hasta qué punto es contraproducente para su salud y su desarrollo el acudir a un espectáculo musical de estas características y por un capricho de sus padres?

   Hay opiniones para todos los gustos. En concreto, el oído del niño está totalmente desarrollado a partir de la mitad del embarazo. Una vez que nacen, los expertos comprueban en el mismo hospital si existe hipoacusia o no.

   "Una vez comprobado que son normoyentes, lo más importante es cumplir el calendario de vacunación y fomentar los hábitos de vida saludable en cuanto a alimentación y descanso", señala a Infosalus el pediatra Carlos Escobar, miembro de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), quien remarca también que un concierto no es un lugar idóneo para llevar a un bebé. "En una sala de música clásica no deben hacerse ruidos que molesten a los espectadores o interfieran con la interpretación, y en los espacios donde se toca rock o pop, los ruidos pueden sobresaltarlo", señala.

   En su opinión, no tiene sentido colocarles auriculares de protección a un bebé cuando "lo lógico" es alejarlos de una fuente sonora intensa. "Los bebés oyen como cualquier persona normoyente", agrega. En este sentido, precisa que, a partir del tercer mes de vida intrauterina, y coincidiendo con la transición entre la fase embrionaria y la fetal del desarrollo, se termina de formar el oído interno del bebé.

   Escobar alerta también de que los ruidos intensos producen sobresaltos y efectos sistémicos que van más allá del daño auditivo. "No es en absoluto una práctica saludable someter a un bebé a sonidos intensos. Eso sí, lo que sí es beneficioso es que un bebé escuche música melódica y agradable, en un entorno tranquilo. Incluso durante la época fetal es posible escuchar música que atraviese bien las paredes del útero. Como el sonido de una flauta", agrega.

   Por su parte, María José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Nacional de Otorrinolaringología y Cabeza y Cuello ( SEORL-CC), indica que los niños pequeños son los más vulnerables a los fuertes ruidos.

   Aunque no ve inconveniente en colocarles unos tapones de algodón con vaselina, y unos cascos para amortiguar (advierte de que los que amortiguan son los de profesionales), sí insiste en la necesidad de tener mucho cuidado con acercarles a los altavoces y siempre alejarles de la fuente de ruido. Con ello, recomienda alejarse del escenario, y hacer lo mismo en las ferias de atracciones con mucho ruido. "Siempre hay que alejarse de los altavoces", subraya.

¿QUÉ SE CONSIDERA RUIDO?

   Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ruido es "un sonido desagradable y molesto, con niveles excesivamente altos y que son potencialmente nocivos para la salud". En concreto, la intensidad del ruido se mide en decibelios (dB) y el límite aceptable por la OMS para el oído humano son 65 dB. Lavilla precisa que el ruido empieza a ser doloroso cuando se sobrepasan los 125 dB, llegando al umbral del dolor a los 140 dB.

   Por ejemplo, unos pájaros trinando suponen 10 dB, mientras que una conversación normal 50 dB, una aspiradora 65 dB (límite aceptable), el camión de la basura 75 dB, la bocina del coche en un atasco 90 dB, el interior de una discoteca 110 dB, o un avión despegando 140 dB. Así, resalta que un tercio de la población mundial, y el 75% de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por la exposición de sonidos a alta intensidad.