MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
La vacuna contra el coronavirus protege a las personas que padecen cáncer de sangre, quienes suelen tener un sistema inmunitario débil, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores del Medical Center-University of Freiburg.
Los expertos han caracterizado en detalle el curso durante varios meses de la respuesta inmune de los pacientes con cáncer de sangre que habían recibido un total de tres vacunas contra COVID-19. Los resultados permiten hacer inferencias sobre la protección que da la vacunación a estos pacientes frente a enfermedades graves por SARS-CoV2.
Asimismo, el trabajo se ha centrado en pacientes con dos tipos de cáncer de sangre: linfoma de células B y mieloma múltiple. "Nuestros resultados muestran que casi todos los participantes del estudio tuvieron una fuerte respuesta de células T a la vacuna contra el COVID-19", ha detallado.
A su juicio, esta podría ser una de las razones por las que las infecciones intercurrentes resultaron ser de "leves a moderadamente graves" incluso en los participantes del estudio que no habían podido formar ningún anticuerpo específico después de la vacunación debido a su terapia.
Además, la capacidad de los anticuerpos para neutralizar diferentes variantes del SARS-CoV-2 en cultivos celulares juega un papel importante. Por lo tanto, como siguiente paso, los científicos compararon la cantidad y la calidad de los anticuerpos y las respuestas de las células T a la proteína de pico entre los pacientes con cáncer de sangre y los participantes sanos del estudio después de dos y tres vacunas contra el COVID-19.
El estudio reveló que los pacientes que pueden formar anticuerpos tienden a producir anticuerpos de una calidad particularmente alta. Tras su segunda vacunación, ya son capaces de neutralizar y así desactivar distintas variantes del SARS-CoV-2. Esta capacidad es considerablemente más pronunciada en esta cohorte de pacientes que en personas sanas vacunadas.