MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las personas con riesgo de sufrir en los próximos 10 años un infarto o un ictus tienen hasta tres veces más probabilidades de padecer Covid-19 grave y seis veces de fallecer por el virus, en comparación con aquellas con un riesgo bajo de padecer un evento cardiovascular o cerebrovascular.
Así lo ha evidenciado un estudio llevado a cabo por investigadores del Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) sobre una muestra de casi un millón de personas, y que va a ser presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID), que este año se celebra en Lisboa (Portugal).
A lo largo de la pandemia de Covid-19, las enfermedades cardiovasculares se han asociado con los resultados más graves, incluidas hospitalizaciones y muertes, si bien las personas con riesgo cardiovascular elevado no han sido identificadas como un grupo de riesgo para COVID-19 grave.
Para este estudio, los investigadores utilizaron los registros médicos electrónicos de 949.973 adultos (de 40 a 84 años de edad) registrados en los centros de salud del Reino Unido con el fin de para calcular la incidencia y el riesgo de COVID-19, y cómo era la enfermedad grave entre adultos con riesgo cardiovascular alto y bajo.
Para estimar el riesgo de una persona de padecer un evento cardiovascular en el futuro, los investigadores calcularon una puntuación llamada 'QRISK3', la cual combina una variedad de factores que incluyen el índice de masa corporal, el historial de tabaquismo, la presión arterial, el colesterol, la edad, la privación social y el origen étnico.
Aquellos que se estima que tienen un 10 por ciento o más de probabilidad de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral en los próximos 10 años se clasificaron como de 'riesgo elevado', y aquellos con menos del 10 por ciento de probabilidad, de 'bajo riesgo'.
De los 949.973 adultos incluidos en el estudio, 113.142 (12%) tenían enfermedad cardiovascular existente, 303.558 (32%) se clasificaron como de alto riesgo de enfermedad cardiovascular y 533.273 (56%) de bajo riesgo. Un total de 4.017 de estos participantes (edad promedio 58 años, 50% hombres) fueron diagnosticados con Covid-19 entre el 12 de marzo y el 29 de septiembre de 2020.
Entre aquellos con Covid-19 (4.017 personas), la tasa de mortalidad general fue de 219 por 1.000 (576 personas), la admisión en la UCI fue de 60 por 1.000 (159) y la hospitalización fue de 414 por 1.000 (1091). Los investigadores encontraron que la probabilidad de infección por Covid-19 era similar entre las personas con riesgo cardiovascular elevado y bajo (4,9 casos por 1.000 frente a 4,5 casos por 1.000, respectivamente).
Sin embargo, las tasas de muerte (311 por 1.000 frente a 24 por 1.000), ingreso en la UCI (97 por 1.000 frente a 36 por 1.000) y hospitalización (607 por 1.000 frente a 169 por 1.000) fueron sustancialmente más altas en aquellos con riesgo cardiovascular elevado.
Después de ajustar los factores de confusión sociodemográficos y clínicos adicionales que no están incluidos en el cálculo de la puntuación QRISK3, incluidos el consumo de alcohol, la frecuencia de asistencia a la atención primaria, la prescripción de antiplaquetarios, la prescripción de anticoagulantes, la enfermedad hepática crónica, la enfermedad respiratoria crónica, el asma, la demencia, la enfermedad neurológica crónica, cáncer e inmunosupresión, los investigadores encontraron que, en comparación con el grupo de bajo riesgo cardiovascular, aquellos con riesgo cardiovascular elevado tenían seis veces más probabilidades de morir a causa de Covid-19 y tenían tres veces más riesgo de ser hospitalizados con Covid-19 o ingresado en la UCI.