MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los niños que están hospitalizados en el África subsahariana mueren por COVID-19 a un ritmo mayor que los niños en Estados Unidos o en Europa, según un nuevo estudio multicéntrico publicado hoy en 'JAMA Pediatrics'.
La investigación ha sido dirigida por el epidemiólogo de enfermedades infecciones de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), Jean Nachega, que ha revelado que los bebés menores de un años, admitidos en 25 hospitales con COVID-19 entre marzo y diciembre de 2020, tenían casi cinco veces más riesgo de muerte que los adolescentes de 15 a 19 años.
"Aunque nuestro estudio analizó datos anteriores a la pandemia, la situación no ha cambiado mucho para los niños de África; en todo caso, se espera que empeore con la aparición global de la variante Ómicron altamente contagiosa", ha asegurado el investigador.
En concreto, se han examinado los resultados de 469 niños cuyas edades oscilaban entre los tres meses y los 19 años y que fueron hospitalizados en uno de estos países: República Democrática del Congo, Ghana, Kenia, Nigeria, Sudáfrica y Uganda. Una cuarta parte de los niños tenían condiciones preexistentes, 18 tenían síndrome inflamatorio multisistémico confirmado o sospechoso , una complicación grave de la COVID-19 en la que se inflaman diferentes partes del cuerpo.
El estudio, que incluyó a investigadores de los seis países africanos que proporcionaron datos, encontró que el 34,6 por ciento de los niños hospitalizados fueron ingresados en una unidad de cuidados intensivos (UCI) o requirieron oxígeno suplementario, y el 21,2 por ciento de los ingresados en la UCI requirieron ventilacion mecánica. Durante el período de tiempo estudiado, más del ocho por ciento, de los niños murieron. Esto se compara con tasas entre el uno y el cinco por ciento que se han informado en países de altos ingresos.
"La alta morbilidad y mortalidad asociadas con los niños hospitalizados con COVID-19 en nuestro estudio desafían la comprensión existente de COVID-19 como una enfermedad leve en esta población. Pero si un niño tiene una comorbilidad, es muy pequeño y está en un lugar donde no hay médicos especializados, instalaciones o equipos de cuidados intensivos pediátricos limitados o no hay, entonces ese niño enfrenta una posibilidad muy real de morir", ha asegurado Nachega.
Por ello, este equipo de investigación, con Nachega a la cabeza, ha exigido una campaña de vacunación urgente en los países africanos para los menores y adolescentes.