MADRID, 7 Jun. (Infosalus/EP) -
Los chefs más importantes de nuestra cocina tienen huerto propio y emplean los productos locales y de estación para respetar en la medida de lo posible la máxima de la calidad de los buenos platos: del huerto a la mesa. Frente a las cuatro paredes del salón y la tiranía del todopoderoso mando de televisión la opción de acudir al huerto es más que saludable.
Según explica a Infosalus Mariano Bueno, agricultor ecológico y autor de 'El huerto familiar ecológico' (RBA, 2014), el contacto con el verde tiene beneficios físicos, emocionales y sociales. "Es una actividad que se realiza al aire libre, fomenta las relaciones sociales y permite compartir experiencias, nada que ver con estar encerrado en casa y dándole al mando a distancia", afirma Bueno.
Además, Bueno aboga por el consumo de productos locales procedentes de huertas ecológicas que no sólo mejoran y revitalizan la economía local más cercana sino que nos protegen de la enfermedad.
A pesar del uso racional de los plaguicidas y de la vigilancia que las autoridades sanitarias internacionales ejercen sobre el sistema agrícola convencional, Bueno señala que no es posible conocer aún los efectos a medio y largo plazo sobre la salud de los productos que se emplean en la actualidad en la práctica agrícola intensiva.
"Una manzana Golden recibe un promedio de 23 tratamientos químicos en el árbol, más dos o tres inmersiones antes de ser guardada en la cámara frigorífica, así como la aplicación de gas etileno para forzar su maduración justo antes de salir al mercado", escribe Bueno en el primero de los capítulos de su libro, una edición actualizada de un manual aparecido por primera vez en 1999 y reeditado en más de 10 ocasiones.
EL ESPACIO NO ES PROBLEMA
Bueno señala que si no se dispone de espacio al menos se pueden plantar especies aromáticas como la albahaca o el orégano. Si existen un balcón ya se pueden cultivar lechugas, cebollas o rábano. Todas ellas, afirma el autor, con sustancias protectoras para el organismo.
Si la vivienda dispone de terraza, Bueno explica que existen mesas de cultivo para solventar posibles problemas de espalda donde se pueden cultivar la mayoría de las verduras frescas más empleadas como tomates, pimientos o cebollas, los productos que pueden resultar más caros en la cesta ecológica. Pero además, también se pueden cultivar acelgas o apios.
Cuando se dispone de un jardín o huerto de unos 40 a 50 metros cuadrados se pueden cultivar los productos que consume una familia de cuatro miembros. En este caso, Bueno recomienda el uso de bancales elevados con rasillones, elevan el huerto del suelo para no forzar la espalda y tener una posición más recta. También existen jardineras semiesféricas para personas con sillas de ruedas. A partir de 100 metros cuadrados ya se puede plantar algún frutal y otras plantas y comercializar verduras y frutas.
CUALQUIER TIERRA ES BUENA
"Si se añade la materia orgánica que necesita toda tierra termina dando buenos resultados. En los bosques existe una capa de hojas caídas, mantillo y tierra negra. Sólo hay que intentar reproducir estas características", explica Bueno.
El autor señala que sólo es necesario añadir materia orgánica de calidad a la tierra y apunta que la base de un buen compost puede ser tan simple como utilizar los restos de una poda. Además, Bueno aclara que en el mercado existen abonos orgánicos que pasan por estrictos controles de calidad y seguridad.
"Mucha gente piensa que los bichos se comerán todo pero los bichos van a las plantas enfermas. Con abono orgánico y luz, las plantas generan sus propias materias protectoras", añade.
"Las cáscaras de huevo por ejemplo detienen el avance de caracoles y babosas ya que sirven de barrera y al descomponerse aportan calcio a la tierra", apunta y concluye que son siempre recursos sin efectos secundarios para los consumidores. Y nos ofrece la receta de un preparado reforzante que funciona como insecticida, fungicida y regenerador celular: aceite de oliva, esencias de orégano y romero, propóleo, una cucharada de jabón potásico y agua.
PRODUCTOS ECOLÓGICOS: DESPEJAR LAS DUDAS
El autor aclara a Infosalus algunas de las dudas más frecuentes sobre el cultivo ecológico y amplía información sobre sus beneficios:
¿Podría abastecer la agricultura ecológica a toda la población?
Según señala Bueno, la producción a gran escala con el uso de plaguicidas podría tener sentido si no existieran otras alternativas. Se puede producir en cantidad y calidad sin necesidad de utilizar estos plaguicidas, afirma el autor. Estudios recientes muestran que para producir 1 kg de proteína animal se necesitan 10 kg de proteína vegetal (en cereales y legumbres). Si una ternera proporciona 4.000 raciones lo hace a costa de 40.000 en cereales y legumbres, añade.
¿Es posible controlar las plagas en los cultivos sin plaguicidas?
Cuando se produce una adaptación de los cultivos a la tierra no hay plagas. El abono industrial con nitrógeno, fósforo y potasio debilita a las plantas y además hay que tener en cuenta que "la premisa es no poner nada en las plantas que no pondrías en tu plato de ensalada", añade.
¿Cuáles son entonces los mecanismos de protección de las plantas?
Las plantas fabrican sus propias defensas, en muchos casos son sustancias aromáticas que potencian su sabor y aroma. El experto apunta a la necesidad de buscar el origen de la debilidad de las plantas y con ello atajar el problema, la sequía o la humedad excesiva pueden interferir en los cultivos pero el potente efecto bactericida de soluciones a base de ajos, guindilla, jabón neutro, yogur o propóleo pueden ser la solución.
¿Qué aporta a los frutos y verduras el cultivo ecológico?
Las verduras y frutas expuestas al aire libre desarrollan unas defensas naturales a las condiciones del terreno y el aire al que están expuestas. "Al ingerirlas consumimos estas defensas de las plantas que constituyen para nosotros una vacuna natural que nos protege frente a los posibles tóxicos del ambiente en el que vivimos", explica Bueno.
¿Está la posibilidad de cultivar al alcance de todo el mundo?
Experiencias como la del huerto-jardín de Benicarló 'L'Hort de les Flors' muestran que sí. Puesto en marcha a principios del 2013 como un proyecto abierto de huerto urbano, ecológico, pedagógico y social se ha convertido en todo un éxito.
¿Por qué resulta caro el producto ecológico?
Según señala el experto "no es que lo ecológico sea caro, es que lo convencional es demasiado barato". Para Bueno, los productos de la agricultura convencional se pueden considerar 'de todo a 100'. "Tienen apariencia de alimento pero también grandes carencias nutricionales: una lechuga que de forma natural crece entre un mes y medio o dos meses en la agricultura convencional tarda 21 días, fruto de los abonos nitrogenados, los plaguicidas y las hormonas de crecimiento vegetal".
¿Por qué hay reticencias a la seguridad de los cultivos ecológicos?
Bueno apunta a la presión de los lobbys económicos internacionales y explica que en la agricultura ecológica existen protocolos más estrictos y más controles por parte de las autoridades sanitarias que en el caso de la agricultura intensiva convencional.
¿Pueden estar los alimentos frescos ecológicos más contaminados?
La esterilización de alimentos impide la regeneración de la flora bacteriana, que las últimas investigaciones implican en la protección frente a enfermedades inflamatorias o metabólicas como la diabetes o la obesidad. Estas bacterias habitan en la materia orgánica del suelo y una de las vías por las que llegaban hasta el ser humano era a través de mínimas cantidades presentes en los alimentos cultivados, explica Bueno.