Cuidado con los petardos, fuegos artificiales y música alta de estas fechas: pueden dañar tu oído

Fuegos artificiales.
Fuegos artificiales. - HM HOSPITALES
Publicado: lunes, 30 diciembre 2019 13:51


MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las exposiciones puntuales a fuentes sonoras de alta intensidad asociadas a las celebraciones propias de Navidad como los fuegos artificiales, los petardos y las fiestas y los cotillones pueden generar lesiones en el oído interno, tal y como ha afirmado el jefe de servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, el doctor Alfredo García.

El principal riesgo que se sucede en estas fechas está en que esos ruidos de corta duración, pero de muy elevada intensidad, causen lesiones en el oído interno. Estos daños suelen producirse en ocasiones puntuales, bien debido a un evento accidental, como puede ser una explosión, o con más frecuencia en entornos festivos como los que se celebran en esta época del año.

"Algunas de estas celebraciones incluyen el lanzamiento de petardos o fuegos artificiales que pueden llegar a alcanzar intensidades de entre 140 y 160 decibelios (dB) y que si se producen a distancias cortas generarán una lesión del oído interno, con frecuencia irreversible", ha recordado el doctor García.

"Debemos pensar que si nos encontramos en un entorno lo suficientemente ruidoso como para que tengamos que elevar la voz para comunicarnos con personas que están cerca, estamos poniendo en riesgo nuestra audición", ha indicado el doctor, que ha añadido que para prevenir el daño habrá que evitar estos ambientes, y si esto no es posible, al menos situarse lo más distantes posible de la fuente sonora.

EXPOSICIÓN MODERADA

Más allá de estas fechas, la exposición al ruido puede causar daño en las delicadas estructuras del oído interno. "Este daño puede ser temporal o permanente, y manifestarse como pérdida de audición, acúfenos (ruidos en el oído) o ambos", ha indicado García.

Tal y como ha explicado el doctor, el oído no ha desarrollado durante la evolución mecanismos de protección eficaces ante sonidos que superen esa barrera, por lo que la probabilidad de que un ruido produzca lesiones en el oído depende de su intensidad, de la proximidad de la fuente sonora y de la duración de la exposición.

Así, ruidos de una intensidad moderadamente elevada, que superen ligeramente los 80dB -el ruido de una hora de máxima intensidad de tráfico- solo causan daño cuando la exposición es prolongada, como sucede en determinados entornos laborales o por el abuso en la utilización de auriculares para escuchar música.

UNO DE CADA CINCO

La especialista en Otorrinolaringología del Hospital HM Sant Jordi, la doctora Michalina Rusiecka, ha señalado que la pérdida de audición es un problema frecuente, ya que afecta a uno de cada cinco adultos y a la mitad de la población a partir de los 80 años.

La edad es uno de los principales factores de pérdida auditiva. Al igual que ocurre con la vista, con el paso de los años se va perdiendo oído. Es lo que se conoce como presbiacusia. Este deterioro comienza a edades relativamente tempranas, hacia los 30 o 40 años de edad, sin embargo, al tratarse de un deterioro progresivo, no siempre se es consciente de ello.

La especialista ha explicado algunos de los síntomas que pueden alertar de una pérdida auditiva, como dificultad para escuchar las consonantes, pedir a los demás que repitan lo que han dicho, subir el volumen de la radio o el televisor e incluso abstenerse de participar en las conversaciones y evitar ciertos entornos sociales. Otro signo de alerta de la presbiacusia "consiste en identificar peor las voces femeninas que las masculinas", ha señalado la doctora.

También pueden ser síntomas de esta pérdida progresiva de la capacidad de audición elevar el volumen más de lo habitual o tener dificultad para comprender a personas que acabamos de conocer o seguir conversaciones, especialmente si hay ruido de fondo. "Se puede tener la impresión de que las personas hablan entre dientes o balbucean e incluso experimentar pitidos en los oídos", ha explicado.

ACUDIR AL OTORRINO PARA BUSCAR SOLUCIÓN

Ante una pérdida repentina de la audición siempre hay que consultar a un especialista. Si, por el contrario, se trata de una pérdida progresiva, es posible que el paciente tarde en ser consciente del problema e incluso otras personas de su entorno lo detecten antes que él mismo. En el momento en el que surja la duda o haya una afectación de la vida diaria, es recomendable acudir al médico.

El tratamiento depende de las causas de la pérdida de audición. Si se trata de un simple tapón de cerumen, lo que también puede reducir la capacidad auditiva, basta con retirarlo. En otros casos, es posible recurrir a la cirugía, por ejemplo, cuando hay una anomalía del tímpano.

"Sin embargo, la presbiacusia no tiene cura, al igual que la pérdida progresiva de audición debida a factores como el ruido, pero no por ello se debe dejar pasar", ha advertido la doctora Rusiecka.