MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio sugiere que dormir de manera regular podría ayudar a prevenir la diabetes tipo 2. Se trata de un trabajo dirigido por investigadores del Brigham and Women's Hospital (Estados Unidos), que ha analizado los patrones de sueño a lo largo de 7 noches para posteriormente hacer un seguimiento de los participantes durante más de siete años. Así, los investigadores descubrieron que las duraciones irregulares del sueño estaban asociadas con un mayor riesgo de diabetes.
También que las personas con los patrones irregulares más grandes tenían un riesgo de diabetes un 34 por ciento mayor que sus contrapartes. Los hallazgos, publicados en 'Diabetes Care', sugieren la importancia de dormir de manera regular para la prevención de la diabetes.
“Nuestro estudio identificó un factor modificable del estilo de vida que puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2”, clarifica la autora principal , la doctora Sina Kianersi, investigadora de la División Channing de Medicina en Red del Brigham and Women's Hospital. “Nuestros hallazgos subrayan la importancia de mantener patrones de sueño constantes como estrategia para reducir la diabetes tipo 2”.
En concreto, el nuevo estudio analizó datos de acelerometría de más de 84.000 participantes en el estudio UK Biobank Study para investigar cualquier posible asociación entre el sueño y la diabetes tipo 2. Los participantes tenían una edad promedio de 62 años (57% mujeres, 97% blancos) e inicialmente no tenían diabetes. Llevaron acelerómetros (dispositivos similares a relojes que monitorear el movimiento) durante siete noches. Se hizo un seguimiento de los participantes durante aproximadamente 7,5 años, rastreando el desarrollo de la diabetes principalmente a través de registros médicos.
El estudio se propuso investigar dos cuestiones clave. En primer lugar, descubrir si las duraciones irregulares del sueño pueden promover el desarrollo de la diabetes a través de la alteración circadiana y las alteraciones del sueño. En segundo lugar, explorar si esta asociación varía según las predisposiciones genéticas a la diabetes.
Así, los investigadores descubrieron que una duración de sueño más irregular se asociaba con un mayor riesgo de diabetes después de ajustar una amplia gama de factores de riesgo. Esta asociación era más pronunciada en individuos con una duración de sueño más prolongada y una puntuación de riesgo poligénico más baja para la diabetes. Los datos revelaron que, en comparación con los participantes con patrones de sueño regulares, aquellos con un sueño irregular (en el que la duración del sueño diario variaba en más de 60 minutos en promedio) tenían un riesgo 34% mayor de desarrollar diabetes. El riesgo disminuyó, pero persistió, incluso después de tener en cuenta el estilo de vida, las comorbilidades, los antecedentes familiares de diabetes y los indicadores de obesidad.
El estudio tuvo algunas limitaciones. Cierta información sobre el estilo de vida utilizada en la investigación se recopiló hasta cinco años antes de que comenzara el estudio con el acelerómetro, lo que podría haber afectado a la precisión de los resultados. Además, la evaluación de la duración del sueño basada en 7 días puede no reflejar los patrones de sueño a largo plazo. Por último, los participantes del estudio eran principalmente sanos, mayores y blancos, y es posible que no representen los resultados para poblaciones más diversas.
Por ello, los investigadores planean estudiar a participantes de grupos de edad más jóvenes y de diversos orígenes raciales. También están interesados ??en explorar las razones biológicas por las que la irregularidad del sueño aumenta el riesgo de diabetes.
“Nuestros hallazgos tienen el potencial de mejorar la prevención de la diabetes en múltiples niveles”, afirma Kianersi. “Desde el punto de vista clínico, podrían servir de base para una mejor atención y planes de tratamiento para los pacientes. Las directrices de salud pública podrían promover patrones de sueño regulares. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender plenamente el mecanismo y confirmar los resultados en otras poblaciones”.