MADRID, 22 Ene. (EDIZIONES) -
Cuando una persona manifiesta que tiene un vértigo puede querer decir muchas cosas. Así que en este artículo nos centraremos en los vértigos definidos como 'ilusión de movimiento', bien de los objetos, o en nuestro interior.
"Normalmente los pacientes se refieren a los vértigos como una alteración en su equilibrio. Lo pueden manifestar de muchas formas: como aturdimiento, mareo, inestabilidad, sensación de que todo se mueve. Saber exactamente qué es lo que le pasa al paciente es fundamental para un buen diagnóstico", aclara en una entrevista con Infosalus el doctor Rafael Ramírez Llorens, jefe de servicio de Otorrinolaringología, del Hospital Imed Valencia.
De forma más correcta, apunta este gran conocedor de los vértigos que son la ilusión de que las cosas se mueven a nuestro alrededor, o de que nosotros mismos nos movemos. "Es una ilusión, ya que somos conscientes de que eso no es verdad", apostilla.
Así, subraya que lo más frecuente es que el paciente refiera que su entorno se mueve: "Esto va acompañado habitualmente de náuseas, vómitos, y sudor frío. Estos síntomas pueden durar de unos segundos a horas o días. Siendo en estos casos muy incapacitantes. De hecho, son, tras el dolor, el síntoma peor tolerado. Otras veces lo que notamos es una sensación de inestabilidad o de desequilibrio que, habitualmente, aparece tras el episodio vertiginoso".
EN QUIÉNES SON MÁS FRECUENTES
Con ello, este otorrinolaringólogo remarca que los vértigos son un síntoma muy frecuente y, según la población que se estudie, afectaría entre un 20% y un 30% de la población. "Como he comentado es un síntoma, es decir, algo que aparece en distintas enfermedades y no una enfermedad en sí misma. Por tanto, se presentan de forma más frecuente en aquellos que sufren determinadas patologías como por ejemplo la migraña, traumatismos en la cabeza, otitis, problemas vasculares, exceso de medicación, y otras muchas", detalla.
El doctor Ramírez Llorens, gran conocedor de esta patología, indica igualmente que, evidentemente, y a pesar de ello, cualquier persona puede tener un episodio de vértigo en un momento dado: "Algo tan sencillo como una intoxicación etílica o una otitis puede desencadenarlo".
EL ORIGEN DEL PROBLEMA
En el 90-95% de las ocasiones resalta que el problema se encuentra en los propios receptores del oído, en una alteración del oído interno, que puede ser aguda o crónica, continúa el especialista de IMED hospitales, y en estos casos se habla de 'vértigos periféricos'.
Pero en casos más raros, en un 5-10%, mantiene que la lesión puede situarse en los mecanismos de control del cerebro, y puede ser debida a una alteración de nuestro cerebro o cerebelo; los llamados 'vértigos centrales'. "Descartar esta posibilidad debe ser una de las principales preocupaciones de su médico", apostilla este especialista.
"La ilusión de movimiento que tenemos es porque cuando falla nuestro sistema del equilibrio que se encuentra en nuestro oído interno, los ojos se mueven de una forma especial que se llama 'nistagmus' o nistagmo. Al moverse nuestros ojos parece que nuestro entorno se mueva", resalta el doctor Ramírez.
Aquí aprovecha para desmentir un mito súper extendido sobre los vértigos, y es el origen cervical de los mismos: "Aunque el cuello influye en nuestro equilibrio, los casos en los que es responsable de un vértigo son mínimos, y se limitan a patologías muy infrecuentes. Sí que es verdad que cuando nos duele el cuello podemos encontrarnos embotados o con malestar".
CUANDO NOS MAREAMOS AL LEVANTARNOS
Con toda esta información preguntamos al experto cuánto tiempo pueden durar los episodios de vértigo, algo que reconoce que "es muy variable", y dependiendo de los casos, estos pueden durar desde escasos segundos a días. "Es muy raro que se extienda más. Otra cosa es la sensación de inestabilidad o de mareo residual que sí se puede extender más tiempo", matiza.
A su juicio, uno de los principales retos en el diagnóstico es saber exactamente en qué consiste y cuánto duran cada una de estas sensaciones. Precisa aquí que hay vértigos que solo se presentan una vez y otros que tienden a repetirse. Entre estos últimos dice que se encuentra el más frecuente de todos, que es el 'vértigo posicional paroxístico benigno'.
"Es el vértigo más frecuente que hay, aproximadamente el 50% de los casos. Se trata de vértigos que se presentan al cambiar la postura de la cabeza. Normalmente al levantarse y acostarse. Aparece un vértigo que se calma más o menos al minuto si nos quedamos quietos, y se repite si volvemos a acostarnos o levantarnos. Estos episodios pueden repetirse durante días o semanas y, excepcionalmente, más tiempo. En la mitad de los pacientes no se repiten, pero en la otra mitad pueden presentarse cada cierto tiempo", agrega.
Recuerda igualmente que hay un vértigo que es conocido por la población que se conoce como enfermedad o 'síndrome de Ménire': "Se trata de unos vértigos que aparecen de forma recurrente y que vienen a durar entre 30 minutos y varias horas. Se acompañan de pérdida de audición, que se recupera total o parcialmente tras las crisis, y de sensación de taponamiento y acúfenos".
¿PODEMOS PREVENIR LOS VÉRTIGOS?
Por otro lado, el doctor Rafael Ramírez Llorens, jefe de servicio de Otorrinolaringología, del Hospital Imed Valencia, ve complicado prevenir los vértigos, aunque afirma que sí se pueden hacer algunas cosas en este sentido, como proteger nuestros oídos de infecciones, de los ruidos intensos, y de aquellos fármacos que son tóxicos para el oído; tener niveles de vitamina D correctos; así como evitar los traumatismos en la cabeza.
"Pero de todo lo que les puedo aconsejar, lo más importante es que se realice un diagnóstico y un tratamiento correcto. Ya que, de lo contrario, nos podemos encontrar con el efecto contrario al que deseamos. Otra cosa que es importante es que, en ocasiones, el miedo o el estrés que nos produce un vértigo puede hacer que nos encontremos mareados o inestables. Por tanto, una buena rehabilitación tras un vértigo es fundamental", añade este especialista.
VARIOS NIVELES DE TRATAMIENTO
A la hora de solventarlos remarca que existen varios niveles de tratamiento, y siempre lo ideal en este sentido sería saber la causa y tratarla: "Por ejemplo, en el caso de los vértigos posicionales, el tratamiento se realiza con maniobras de reposición, la más conocida la 'maniobra de Epley'. En el caso de vértigos asociados a alguna enfermedad, el tratamiento será el de la propia enfermedad. Por ejemplo, si tenemos una infección en el oído o si nuestro vértigo se asocia a una migraña".
Otro nivel de tratamiento, prosigue este experto, sería el sintomático; es decir, utilizar medicamentos para que el paciente se encuentre más cómodo y no padezca tanto los síntomas. "En este nivel hay que intentar no prolongar mucho los tratamientos, ya que nos podemos encontrar que el paciente tarde más en recuperarse, o que incluso se maree por culpa de los tratamientos que le estamos dando", advierte.
De hecho, apunta que el siguiente escalón a la hora de tratarlos sería la rehabilitación; en su opinión, "muy importante" en aquellos pacientes a los que la enfermedad que les ha causado el vértigo les haya dejado lesiones permanentes en el oído.
"Por último, también existen tratamientos quirúrgicos para aquellos casos más resistentes al tratamiento, e incluso últimamente se está investigando en implantes para tratar la inestabilidad de aquellos pacientes que hayan perdido el equilibrio de los dos oídos", añade este especialista en vértigos.
Sobre si tienen una solución al 100%, el doctor Ramírez reconoce que "la respuesta es compleja", dado que la mayor parte de los cuadros vertiginosos se van a resolver con tratamientos simples, o incluso por sí mismos.
Sin embargo, aprecia que hay un importante número de pacientes que requerirán de tratamientos crónicos o quirúrgicos, la mayor parte destinados a paliar sus síntomas o a corregir y a rehabilitar lesiones permanentes. "El objetivo de todos los médicos que nos dedicamos a la medicina vestibular es que el paciente pueda desarrollar una vida normal. Por supuesto, en casos muy graves, esto resulta difícil, pero seguimos avanzando", asegura el jefe de servicio de Otorrinolaringología del Hospital Imed Valencia.
