Cuándo es necesaria la rehabilitación cardíaca

Archivo - Mujer mayor en el gimnasio.
Archivo - Mujer mayor en el gimnasio. - NIMIS69/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 27 septiembre 2024 8:34

   MADRID, 27 Sep. (EDIZIONES) -

   El ejercicio es clave en la recuperación de las personas con una enfermedad cardiaca y más concretamente la rehabilitación cardíaca. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como "el conjunto de actividades necesarias para asegurar a los enfermos del corazón una condición física, mental, y social óptima, y que les permita ocupar por sus propios medios un lugar tan normal como les sea posible en la sociedad".

   "El objetivo principal de la rehabilitación cardíaca es ayudar al paciente con patología cardiovascular a tener una vida lo más plena posible, considerando la esfera física, mental, y social. Así, más que de una recuperación hablaría de una auténtica transformación hacia una vida cardiosaludable", remarca en una entrevista con Europa Press Infosalus María Sanz, cardióloga del Hospital Clínic de Barcelona.

   Es más, mantiene que, globalmente, todos los pacientes con patología cardiovascular se pueden beneficiar de un programa de rehabilitación cardíaca, si bien matiza que los pacientes con cardiopatía isquémica e insuficiencia cardíaca son para quienes hay más evidencia acumulada, al mismo tiempo que reseña que en la última década hay evidencia creciente de los beneficios de los programas de rehabilitación cardíaca en pacientes con cardiopatías congénitas, en personas postoperadas de cirugías cardíacas, incluyendo trasplante cardíaco y miocardiopatías.

DIFERENTES MODALIDADES DE EJERCICIO

   Así, esta experta destaca que el entrenamiento físico individualizado y guiado es una pieza clave en la rehabilitación cardíaca: "Idealmente, los programas de rehabilitación cardíaca combinan tres tipos de entrenamiento: aeróbico, de fuerza, y de la musculatura inspiratoria".

   Dice la doctora Sanz que en el entrenamiento aeróbico se diferencian dos modalidades: continuo (intensidad mantenida durante todo el entrenamiento), o interválico (intervalos de intensidad alta y baja). "Ambas modalidades han demostrado aumentar la capacidad funcional aeróbica, mejorar el control de los factores de riesgo cardiovascular, así como el balance del sistema nervioso autónomo, y tener un impacto global antiinflamatorio actuando como factor protector cardiovascular", resalta.

   A su vez, menciona esta especialista del Hospital Clínic que ejemplos de entrenamiento aeróbico serían: bicicleta, correr o caminar, nadar, steps, elíptica, o saltos, entre otros. "El entrenamiento de fuerza actúa de forma sinérgica y potencia los efectos del ejercicio aeróbico; además, previene la pérdida de masa muscular relacionada con la edad, y con la evolución de la patología cardiovascular; se caracteriza por utilizar la resistencia en distintos ejercicios como sentadillas, remo, flexiones, abdominales; involucramos para ello el uso de máquinas de peso, peso libre, bandas elásticas, o incluso el propio peso del paciente", añade la doctora Sanz.

   Señala que, en el caso concreto del entrenamiento de musculatura inspiratoria, este es "especialmente importante" en patologías cardíacas en las que la debilidad de dicha musculatura es prevalente, como es el caso de los pacientes con insuficiencia cardíaca, o post-operados cardíacos.

   A su juicio, un aspecto esencial para lograr el mayor beneficio con el menor riesgo, es que la prescripción de ejercicio debe ser individualizada: "El diseño del protocolo de entrenamiento siguiendo la regla FIIT (frecuencia, intensidad, tiempo y tipo de ejercicio) se realizará en base a la patología cardiovascular y a su grado de evolución, la historia deportiva del paciente, y los datos derivados de la valoración inicial en que se realiza una prueba de esfuerzo máxima y una estimación de la fuerza muscular".

MÁS ALLÁ DEL ENTRENAMIENTO FÍSICO

   Pero más allá del entrenamiento físico, la cardióloga del Hospital Clínic de Barcelona sostiene que los programas de rehabilitación cardíaca incluyen:

   ·Intervención nutricional individualizada, que incluye la valoración de la composición corporal, de los hábitos alimentarios, y del consumo de alcohol u otros tóxicos; esta evaluación permitirá identificar aquellos pacientes que requieran una intervención individualizada por parte de un dietista-nutricionista, asimismo todos los pacientes del programa de rehabilitación cardiaca recibirán recomendaciones para seguir una dieta cardiosaludable.

   ·Control de factores de riesgo cardiovascular: objetivo principal de la intervención educacional del paciente, donde se trabajan los factores de riesgo cardiovascular clásicos (tabaquismo, obesidad, hipertensión, etc), y se tienen en cuenta factores de riesgo cardiovascular emergentes como el estrés emocional crónico.

   ·Soporte psicosocial: la prevalencia de ansiedad y de depresión en pacientes con patologías cardiovasculares supera sustancialmente a la población general; los síntomas de ansiedad y de depresión empeoran la calidad de vida del paciente, y aumentan la morbimortalidad.

   "En todo programa de rehabilitación cardíaca se debe realizar una valoración psicosocial completa del paciente, incluyendo datos como el soporte familiar, su nivel socioeconómico, así como la calidad vida del mismo y su estado emocional. En base a estos datos, identificaremos el paciente que, además de la intervención grupal propia de los programas de rehabilitación cardiaca, requiera de una intervención individual", agrega la doctora Sanz.

DURACIÓN MEDIA DE UN PROGRAMA DE REHABILITACIÓN CARDIACA

   Con todo ello, preguntamos a esta especialista por la duración aproximada de este tipo de programas, indicando que habitualmente estos se dividen en tres fases:

   ·Fase I (hospitalaria): tras el evento cardiovascular en que el paciente inicia movilización progresiva, se inicia la intervención educacional sobre el manejo de factores de riesgo cardiovascular y la terapia a realizar; esta fase comprende la duración del ingreso hospitalario.

   ·Fase II (convalecencia): se inicia 2-4 semanas después del evento isquémico, o 4-8 semanas tras una cirugía cardiaca; la duración será de 12 a 24 semanas, dependiendo de las posibilidades del centro, y de la evolución del paciente; todas las sesiones de intervención de la rehabilitación cardíaca serán guiadas por el equipo de profesionales sanitarios, y se llevará a cabo de manera presencial, telemática, o una combinación de ellos.

    ·Fase III (mantenimiento): su objetivo es la continuidad de los logros alcanzados en la fase anterior, y para ello, las distintas intervenciones se realizarán en el domicilio o en los centros de la comunidad en base a disponibilidad; su duración es variable, idealmente hasta los 12 meses tras el evento cardíaco.

   "Uno de los objetivos principales de los programas de rehabilitación cardíaca es lograr que el paciente sea el protagonista de su enfermedad, y en consecuencia, de su transformación. Para ello, es esencial que tanto el paciente, como su entorno, conozcan la enfermedad a la que se enfrenta, así como las estrategias farmacológicas y de hábitos de vida que hay que seguir para lograr una mayor estabilidad clínica; y en definitiva, una mejor calidad de vida para el paciente y su entorno", concluye la cardióloga del Hospital Clínic de Barcelona.

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