MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) han identificado una hormona producida por el hígado que le dice al cuerpo que reduzca su metabolismo cuando está gastando mucha energía.
El cuerpo usa varios sistemas para mantener un control preciso de la homeostasis energética, equilibrando la cantidad de energía que se usa y las calorías que se consumen. La hormona leptina, por ejemplo, le indica al cerebro que suprima el apetito y aumente la quema de calorías cuando las reservas de energía son altas.
"Pero se sabe mucho menos sobre el otro lado de esta ecuación: el gasto de energía. ¿Cómo percibe el cuerpo el rápido agotamiento de la energía y cómo le dice al cerebro que ajuste el metabolismo del cuerpo y mantenga la homeostasis? Esa es la pregunta que nos proponemos responder", explica Jiandie Lin, autor principal del estudio, que ha sido publicado en la revista 'Nature Metabolism'.
Al analizar los datos de expresión génica en tejidos de ratones, Lin y sus colegas encontraron una hormona que se elevaba cuando los ratones quemaban mucha energía, como cuando necesitaban mantener la temperatura corporal en un ambiente frío. Esta hormona, tsukushi (TSK), se excreta principalmente por el hígado, un actor central en las vías nutricional, metabólica y hormonal.
"Creemos que TSK está reduciendo de alguna manera el gasto de energía. Cuando se produce una rápida pérdida de energía, se frena el metabolismo. Si eliminamos este freno, nuestra predicción fue que los ratones habrían acelerado la quema de calorías. Y ese fue el caso", detalla Lin.
Cuando los ratones estuvieron temporalmente sin comer, los que carecían de TSK perdieron significativamente más peso que los ratones normales. Los ratones sin TSK también tendían a tener una temperatura corporal más alta que los ratones normales, lo que indica que sus cuerpos estaban quemando más energía cuando se quitó ese freno que produce esta hormona.
Los investigadores también probaron las respuestas metabólicas en ratones que recibieron una dieta alta en grasas. Los ratones normales se duplicaron aproximadamente en peso; los ratones que carecían de TSK, sin embargo, experimentaron solo un aumento de peso del 30 por ciento y mostraron mejores parámetros metabólicos que los normales.
Los investigadores creen que la hormona logra estos efectos al actuar sobre los nervios que estimulan la actividad de la llamada grasa parda o grasa termogénica, que genera calor al quemar la energía. Lin y sus colegas esperan investigar cómo TSK envía señales a los nervios para controlar la quema de grasa y explorar estrategias para frenar el freno de TSK y tratar la enfermedad metabólica.