MADRID, 28 Dic. (EDIZIONES) -
La mitad de la población es propensa a "recordar" acontecimientos que nunca sucedieron, es decir que creen reales sucesos que son falsos o que nunca se desarrollaron como los recuerdan, según se desprende una nueva investigación de la Universidad de Warwick, en Inglaterra.
Los investigadores han estudiado lo que se denomina la 'falsa memoria' o 'falsos recuerdos', un problema que puede ser visto como un trastorno cuando el individuo da por ciertos recuerdos de detalles o eventos que nunca han sucedido, que han sido distorsionados, y que, incluso, puede llegar a sustentar la base de un trauma.
Lo cierto es que la información errónea en las noticias puede crear recuerdos colectivos incorrectos, que afectan el comportamiento y las actitudes de la sociedad. Esto no significa que esos recuerdos sean premeditados, la memoria es susceptible de cometer errores y crear cierta confusión de manera inconsciente.
Ante el gran desconocimiento de estos 'falsos recuerdos', los científicos han estado utilizando variaciones sobre cómo se desarrollan desde hace más de 20 años, tratando de estudiar cómo la gente puede llegar a recordar experiencias completamente falsas.
En este estudio, la doctora Kimberley Wade, del Departamento de Psicología, demuestra que si se nos habla de un acontecimiento completamente ficticio de nuestras vidas, y repetidamente imaginamos que ese suceso ocurrió, casi la mitad de nosotros aceptaría que lo ha vivido.
Los investigadores trabajaron sobre más de 400 participantes a los que se sugirió acontecimientos autobiográficos que podían ser ficticios, y se encontró que alrededor del 50 por ciento de los participantes creían, hasta cierto punto, que habían experimentado esos eventos.
Los participantes en estos estudios llegaron a recordar una serie de eventos falsos, como dar un paseo en globo cuando eran niños, realizar bromas o travesuras a sus maestros, o crear problemas en una boda familiar.
El 30 por ciento de los participantes parecía "recordar" el suceso sugerido, elaboraron una explicación sobre cómo ocurrió el evento e incluso describieron imágenes del momento en el que ocurrió; otro 23 por ciento mostró señales de que aceptaban el suceso sugerido hasta cierto punto y creyeron que realmente ocurrió.
La doctora Wade y sus colegas concluyen que puede ser muy difícil de determinar cuando una persona recuerda acontecimientos reales pasados, a diferencia de los que son recuerdos falsos, y consideran que si en un entorno de investigación controlado es difícil reconocerlos, lo es más aún en situaciones de la vida real.
"El descubrimiento de que una gran parte de las personas son propensas a desarrollar creencias falsas es importante, ya que sabemos de otras investigaciones que las creencias distorsionadas pueden influir en las conductas, las intenciones y las actitudes de las personas", explica.
Estos hallazgos tienen importancia en muchas áreas, planteando interrogantes sobre la autenticidad de los recuerdos utilizados en investigaciones forenses, tribunales y tratamientos terapéuticos. Además, abre la puesta a que los recuerdos colectivos de un gran grupo de personas o de la sociedad puedan ser incorrectos -por ejemplo, debido a la desinformación en las noticias- que tienen un efecto notable en la percepción y el comportamiento de las personas.
"Sabemos que muchos factores afectan la creación de falsas creencias y recuerdos - como pedirle a una persona que repetidamente se imagine un evento falso y vea fotos para cimentar su memoria-, pero no entendemos completamente cómo interactúan todos estos factores. Los estudios a gran escala como nuestro mega-análisis nos mueven un poco más cerca", concluye.