MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
La llegada de un nuevo bebé suele desatar una oleada de visitas de familiares y amigos al hospital, algo que, según la secretaria de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), Mª Teresa Villar Varela, (y siempre que el niño haya nacido perfectamente sano), "debe estar gestionado por los padres, centrándose en preservar la tranquilidad de la madre y del bebé".
"Los primeros días son para que el recién nacido se adapte al nuevo medio, ya que los sonidos y las luces de fuera del útero y el exceso de estímulos son cosas que pueden inquietarle. Si a esto le añadimos muchas visitas y estar pasando de brazo en brazo, el niño se agobia más y lo que necesita es comer y dormir", ha explicado Villar. "Las matronas lo que recomendamos en general es que no haya mucha gente en la habitación a la vez para que el bebé no se agobie y no aumente en exceso la temperatura de la habitación", ha añadido.
A pesar de que los padres son los que deciden, el único impedimento que existe a nivel sanitario para poder visitar a un recién nacido, según la matrona, es sufrir un proceso infeccioso o tener contacto con alguien que lo está pasando. "En época de catarros los enfermos deben abstenerse de visitar al bebé en un tiempo prudencial, como mínimo hasta que se le pase. Igual que si se tiene alguna otra patología contagiosa, evidentemente", ha añadido.
Respecto a las cuestiones de higiene, la matrona insiste en que se deben tomar las mismas medidas que se utilizarían en un hospital para tratar a otro enfermo. "Somos dados a coger al bebé, tocarle la cara o besarle, y en esas acciones se transmiten muchos microorganismos que no vemos, pero a menos que previamente se haya estado haciendo algo extraordinario no es necesario llevar a cabo medidas de higiene excepcionales, tomando las precauciones básicas es suficiente".
SE DEBE AVISAR SIEMPRE
Villar ha explicado que desde el punto de vista sanitario no hay horarios más o menos recomendados, "simplemente los que seguirías en un hospital si visitases a una personas ingresada. Esto quiere decir no acudir en las primeras horas porque la madre estará descansando o encargándose de la higiene del bebé, y tampoco a última hora del día por lo mismo. Lo recomendable en todo caso sería ir en la parte central del día, entre las 17.00 y las 19.00 horas, por ejemplo".
Aún así, la matrona insiste en que esto también lo deciden los padres. "Es importante no interrumpir momentos como la lactancia, por ejemplo, y preservar la intimidad de ese momento, ya que a algunas madres les gusta estar tranquilas y no tener compañía mientras le dan el pecho al bebé".
Para evitar estas situaciones, la secretaria de FAME recomienda avisar siempre antes de la visita, "para que así los padres estén prevenidos y con ello más predispuestos, además de poder organizarse con otras visitas, por ejemplo. Esto debe continuar una vez estén en casa, no solo los días que pasen en el hospital".