MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación del Centro de Investigación de Prevención del Instituto de Investigación y Evaluación del Pacífico en Estados Unidos sugiere que se puede subestimar el impacto del consumo de alcohol en la enfermedad coronaria, concretamente con el riesgo de infarto agudo de miocardio no mortal.
Aunque gran parte de la literatura hasta la fecha sobre el tema sugiere que el riesgo es menor entre los bebedores moderados que los que no beben o los que beben en exceso, la relación entre los patrones de consumo de alcohol y la enfermedad coronaria sigue sin estar clara.
En este nuevo estudio retrospectivo de casos y controles, los investigadores examinaron a las personas hospitalizadas por ataques cardíacos en el oeste de Nueva York entre 1996 y 2001 y las entrevistaron sobre sus patrones de consumo de alcohol de por vida.
"Esta es la primera vez que se investigan las trayectorias de consumo de alcohol que cubren toda la vida, incluida la adolescencia y la adultez emergente, con respecto a los ataques cardíacos no fatales", ha señalado la autora principal del estudio, la doctora Marcia Russell.
Los resultados mostraron que había dos trayectorias distintas entre los que bebían durante toda la vida. Por un lado los que eran estables a la hora del consumo de alcohol y por otros los que tenías picos de consumo.
En comparación con las trayectorias estables de consumo de por vida, las trayectorias pico iniciales se caracterizaron por patrones de consumo menos saludables. Así, en estas se observó un inicio temprano de consumo regular, consumo de alcohol menos frecuente, mayor cantidad de bebidas por día de consumo, borrachera más frecuente por año de consumo y reducción de la ingesta o abstención de alcohol para la mediana edad.
Las tasas de ataque cardíaco fueron más altas entre los bebedores de pico temprano en comparación con los bebedores estables de por vida tanto para los ex bebedores masculinos y femeninos como para los bebedores actuales.
Además, los investigadores han observado que el consumo excesivo de alcohol durante la adolescencia y la edad adulta temprana puede tener efectos a largo plazo en el sistema cardiovascular que no han sido reconocidos por estudios epidemiológicos previos que solo comenzaron a evaluar la ingesta de alcohol en personas mayores de 35 años.
La investigación epidemiológica que sugiere que el consumo moderado tiene un efecto protector sobre la salud cardiovascular debe ser reevaluado teniendo en cuenta el consumo de alcohol durante la adolescencia y la adultez emergente.