No secarse correctamente puede favorecer las irritaciones en pliegues de la piel y la aparición de infecciones como el pie de atleta
MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una adecuada fotoprotección solar en verano "implica tomar otras precauciones además de aplicarse crema solar y no tomar el sol en las horas centrales del día", es igual de importante "utilizar gorras, camisetas y gafas de sol" para proteger a nuestro organismo de los efectos nocivos de los rayos del sol, según informó a Europa Press el presidente de la Academia Andaluza de Dermatología (AAD), el doctor Jerónimo Escudero.
Estas recomendaciones "son especialmente trascendentes a la hora de proteger la piel de los niños --señaló Escudero--. Un consejo práctico es recordar a los padres que cuando la sombra es muy corta, es hora de guarecerse del sol".
En este sentido, este experto recomendó "para asegurar una correcta protección" aplicar a los niños crema solar cada vez que salgan del agua o con cierta frecuencia si están al aire libre ya que, "aunque sean lociones resistentes al agua o a los roces, la crema suele perder su efecto pasado cierto tiempo de juegos". No obstante, "siempre es recomendable que los niños acudan a revisión dermatológica después del verano", afirmó.
DUCHA CON AGUA CLARA DESPUÉS DEL BAÑO
Por otra parte, el verano es una época "especialmente propicia" para que los niños contraigan en playas y piscinas infecciones víricas como el molusco contagioso --aparición de pequeñas protuberancias de color rosado o carne en la piel--, o bacterianas como el estafilococo --provoca diarreas, vómitos y náuseas generalmente--, "muy frecuentes y molestas pero que con un tratamiento adecuado se pueden corregir sin problemas", explicó el doctor.
Para evitar estas infecciones y otras irritaciones provocadas por el cloro y la salitre, "se recomienda siempre que después del baño en la playa o en la piscina se tome una ducha con agua clara para eliminar los restos de cloro o salitre que hayan podido quedar en la piel", señaló.
Asimismo, "después del baño hay que secarse correctamente con la toalla todo el cuerpo ya que las gotas de agua que quedan en la piel pueden refractar la luz del sol favoreciendo la aparición de quemaduras solares".
"No secarse correctamente también puede favorecer las irritaciones en pliegues de la piel y la aparición de infecciones micóticas como el pie de atleta", añadió este experto.
ATENCIÓN A LOS CAMBIOS EN LUNARES
"La incidencia del melanoma está aumentando en España en los últimos años --comentó el presidente de la AAD--. Sin embargo, aunque se detecte un mayor número de casos el diagnóstico de melanomas generalmente se realiza en estadios tempranos, cuando todavía se pueden tratar con eficacia y reducir el riesgo de mortalidad". El síntoma de alerta ante un posible melanoma es un "cambio brusco" en la forma y apariencia de algún lunar tras una exposición prolongada al sol, apuntó.
"Nos encontraremos ante un mal pronóstico cuando el lunar sea asimétrico, los bordes sean irregulares, el color no sea uniforme y el diámetro sea mayor de la habitual", explicó el doctor Escudero. "Deben tener especial cuidado las personas con la piel muy clara o que tengan muchos lunares y aquellas que tengan antecedentes familiares de melanoma", aseguró este especialista.
Además, "en verano no se deben olvidar las medidas de fotoprotección ni siquiera los días nublados, ya que las nubes evitan el paso de la luz infrarroja --responsable de la sensación de calor-- pero no evita el paso de la radiación ultravioleta que es la que provoca las quemaduras", aseveró.