MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
Crecer expuesto a dos idiomas mejora el control de la atención de los niños ya desde los seis meses en comparación con los niños que sólo escuchan un idioma, según un estudio de la Facultad de Salud de la Universidad de York (Canadá), publicado en 'Developmental Science'.
Los investigadores creen que la exposición a ambientes bilingües puede considerarse un factor importante en el desarrollo temprano de la infancia y puede establecer el escenario de los beneficios cognitivos de por vida.
"Al estudiar bebés, una población que no habla ningún idioma, descubrimos que la diferencia real entre los individuos monolingües y bilingües más tarde no está en el lenguaje en sí, sino en el sistema de atención que se utiliza para centrarse en el lenguaje", ha explicado la coautora del estudio, Ellen Bialystok.
"Este estudio nos dice que desde la etapa más temprana del desarrollo las redes que son la base para desarrollar la atención se están formando de manera diferente en los bebés que se crían en un entorno bilingüe. ¿Por qué es tan importante? Porque la atención es la base para todos los procesos de cognición", ha agregado Bialystok.
La investigación está conformada por dos estudios separados en los que los movimientos de los ojos de los bebés se midieron para evaluar la atención y el aprendizaje. La mitad de los niños estudiados se criaban en un hogar monolingüe mientras los demás lo hacían en ambientes en los que oían dos lenguas habladas aproximadamente la mitad del tiempo.
A los bebés se les mostraron imágenes mientras yacían en una cuna equipada con una cámara y una pantalla, y sus movimientos oculares fueron rastreados y grabados mientras observaban las imágenes en diferentes áreas de la pantalla. El seguimiento se realizó 60 veces por cada niño.
En el primer estudio, a los niños se les enseñaban una o dos imágenes en el centro de la pantalla, seguidas de otra imagen que aparecía a la izquierda o la derecha. Los bebés aprendieron a experar que, si por ejemplo, una imagen rosa y blanca aparecía en el centro, le seguiría una imagen atractiva en la izquierda.
ANTICIPAR POR DÓNDE SALDRÍA LA IMAGEN
En el segundo estudio, que comenzó de la misma manera, los investigadores cambiaron la regla a la mitad. Cuando rastrearon los movimientos oculares de los bebés, hallaron que los que estaban expuestos a un entorno bilingüe aprendían mejor la nueva regla y anticipaban dónde aparecería la imagen de destino.
"Esto es difícil porque necesitaban aprender una nueva asociación y reemplazar una respuesta exitosa con una nueva que contrasta", según el estudio.
"Anticipaban que la imagen aparecería en la derecha, por ejemplo, haciendo un movimiento con el ojo incluso antes de que la imagen apareciera por la derehca. Lo que encontramos fue que los niños que se criaban en ambientes bilingües estaban más capacitados para hacerlo después de que cambiáramos la regla que aquellos criados en un ambiente monolingüe", ha indicado, por su parte, el coautor del estudio, Scott Adler.
Adler ha añadido que el sistema de procesamiento cerebral interactúa con este mecanismo de atención. Por lo tanto, tanto el lenguaje como la información visual pueden influir en el desarrollo del sistema de atención.