Crecer en un ambiente socioeconómico bajo, vinculado con mayor peso de adulto

Hambre, comida, nevera, apetito
FLICKR/ERIC MAY
Actualizado: sábado, 30 enero 2016 8:29

MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

La situación socioeconómica en la que se crece durante la infancia puede influir en el peso de adultos, según un estudio realizado por la doctora Sarah Hill, de la Universidad Christian de Texas, en Estados Unidos, que apunta a que un ambiente socioeconómico bajo estaría vinculado con mayor peso de adulto.

Los investigadores explican que el nivel socioeconómico puede influir en la elección de alimentos de las personas como adultos. "Nuestra investigación encuentra que crecer en un ambiente pobre promueve comer en ausencia de hambre durante la edad adulta, sin tener en cuenta el estatus socioeconómico de adulto", explica

Según sus conclusiones, esto quiere decir que la historia del desarrollo de una persona puede desempeñar un papel clave en su relación con los alimentos y el control de su peso, haciendo de los de ambientes con menor nivel socioeconómico más vulnerables al aumento de peso poco saludable.

En una colección de tres estudios, cada uno con 31 mujeres, Hill midió o manipuló las necesidades de energía de los participantes y les dio la oportunidad de comer aperitivos siempre que quisieran. Los participantes también informaron del nivel socioeconómico de su infancia y de adultos.

Los resultados revelaron que las personas con un mayor nivel socioeconómico peor durante la infancia comían más cuando la necesidad era alta que cuando la necesidad era baja. Esta relación no se observó entre las personas con menor nivel socioeconómico de niños, consumiendo comparativamente altas cantidades de alimentos independientemente de si su necesidad actual de energía era alta o baja.

Hill y su equipo reconocen que están investigando un componente de un complejo conjunto de factores que influyen en la obesidad y el control de peso. Su investigación sigue actualmente en marcha para examinar los mecanismos que promueven la asociación entre el bajo nivel socioeconómico durante la infancia y la alimentación en ausencia de hambre.

SÍMBOLOS SALUDABLES, MÁS CONVINCENTES QUE LAS PALABRAS

Para convencer a la gente para que elija alimentos más saludables, Traci Mann y su laboratorio en la Universidad de Minnesota, en Twin Cities, Estados Unidos, llevaron a cabo experimentos de campo y de laboratorio para aprender cómo las personas respondían a las opciones de alimentos saludables.

Las investigaciones de Mann mostraron que en las cafeterías de la escuela primaria, servir brócoli o pimientos rojos primero llevaron a más de cuatro veces más estudiantes a comer la verdura que en un día normal en el que el vegetal se sirve junto a otras ofertas de comida. Los investigadores siguieron el experimento en un laboratorio, presentando diversos tipos de bocadillos, y hallaron resultados similares.

El laboratorio de Mann también detectó que los adultos responden mejor a los símbolos saludables en lugar de la palabra "saludable". En un estudio de campo con cerca de 400 adultos; el 65 por ciento optó por una manzana (en lugar de dulces) si el símbolo de corazón sano estaba en la señal, pero sólo el 45 por ciento cogió una manzana si la palabra "saludable" estaba en el signo.

En otro estudio de campo de unos 300 adultos, el 20 por ciento pidió zanahorias (en lugar de patatas fritas) si había un letrero que decía "saludable", y el 30 por ciento eligió las zanahorias cuando éstas estaban bajo un que tenía símbolo del corazón sano.

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