MADRID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio concluye que abrir clínicas dedicadas específicamente al tratamiento de la gripe puede limitar el número de personas infectadas y ayudar a "aplanar la curva" o reducir la tasa de prevalencia máxima. Aunque el trabajo se centró en la gripe, los hallazgos son relevantes para los formuladores de políticas que buscan formas de reducir los impactos de la actual pandemia de COVID-19.
"Las clínicas dedicadas tendrían menos impacto que las intervenciones como la vacunación, pero a nivel estatal, estamos hablando de reducir el número total de infecciones en seis cifras", señala Julie Swann, autora del artículo sobre el trabajo que publica la revista 'PLOS ONE' y jefa del departamento y profesora del Departamento de Ingeniería Industrial y de Sistemas de Fitts en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
"Y aunque nuestro trabajo aquí se centró en la cepa H1N1 de gripe, los hallazgos son útiles a medida que lidiamos con la mejor manera de responder al COVID-19 --señala Swann--. El coronavirus es más infeccioso que H1N1 y tiene una tasa de mortalidad más alta. Por lo tanto, esperaría que el efecto de usar clínicas dedicadas sea mayor para el COVID-19".
Swann y sus colaboradores se inspiraron para hacer el estudio por el hecho de que algunos hospitales abrieron clínicas dedicadas a la gripe H1N1 durante la pandemia de gripe H1N1 en 2009-2010. Estas clínicas se centraron exclusivamente en el tratamiento de pacientes que presentaban síntomas de H1N1.
Hubo algunas dudas en el momento sobre si estas clínicas eran un buen uso de recursos limitados. Tampoco estaba claro si las clínicas pudieron haber tenido consecuencias no deseadas, como la propagación del H1N1 a pacientes que se presentaron en la clínica dedicada con síntomas similares a la gripe, pero que en realidad no tenían la enfermedad.
Para este estudio, Swann y sus colaboradores en la Universidad de Purdue, Georgia Tech y la Universidad de Emory utilizaron un modelo de simulación para abordar preguntas relacionadas con el impacto final de clínicas dedicadas durante una pandemia de H1N1.
Los investigadores descubrieron que la apertura de clínicas dedicadas reducía la propagación de la enfermedad y las hospitalizaciones, particularmente cuando estaban abiertas durante los períodos de máxima prevalencia, cuando la mayoría de las personas están enfermas.
Específicamente, los investigadores encontraron que si las clínicas dedicadas estuvieran abiertas durante toda la pandemia, habrían reducido el número total de infecciones entre un 0,4 y un 1,5%; una reducción de la prevalencia máxima (o "aplanado la curva") entre un 0,07 y un 0,32%; y redujo las hospitalizaciones entre un 0,02 y un 0,09%.
"Para un estado que tiene una población de 10 millones, la diferencia en el caso clínico inicial sería de aproximadamente 100.000 casos, con alrededor de 6.000 hospitalizaciones evitadas --señala Swann--. En otras palabras, las clínicas dedicadas ciertamente no empeoran las cosas y pueden mejorar las cosas al menos un poco. Y estos son beneficios que se suman a los que veríamos de otros cambios de comportamiento, como usar mascarillas, que puede ser más difícil de implementar".