SANTIAGO DE COMPOSTELA 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Centro de Investigación en Medicina Molecular e Enfermedades Crónicas (CiMUS) de la Universidade de Santiago de Compostela ha creado unas nanopartículas capaces de penetrar un tumor cerebral y transportar fármacos genéticos al interior de sus células malignas.
La técnica, desarrollada por el grupo dirigido por el investigador Marcos García Fuentes en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad de Nottigham, "está llamada a mejorar la situación de los enfermos del tumor cerebral más común y letal", cuya tasa de supervivencia a los cinco años "es menor del 5%".
Tal como ha destacado la Universidade de Santiago, el tratamiento actual para este tumor se basa en la cirugía de extirpación, y logra una supervivencia media de "poco más de 14 meses".
La utilización de medicamentos capaces de silenciar genes causantes de tumores tiene "un enorme potencial" para el desarrollo de terapias "específicas, personalizadas y efectivas" en el tratamiento del cáncer.
Sin embargo, la utilización de fármacos genéticos "no tiene todavía una amplia aplicación", ya que "menos de una de cada cien de estas secuencias terapéuticas consigue llegar al interior de la célula para realizar su acción".
Los científicos de la Universidade de Santiago han ensayado en ratones el uso de nuevos nanomateriales como vehículos capaces de mejorar el transporte de medicamentos genéticos contra el cáncer.
"El secreto de este material es una estructura que se vuelve insoluble en los alrededores ácidos de las vesículas digestivas, induciendo su desestabilización y permitiendo al medicamento genético escapar al interior celular", ha señalado Marcos García.
El objetivo de este nuevo tratamiento es que se realice como complemento a la cirugía de extirpación y al mismo tiempo que la quimioterapia, para conseguir que las células tumorales no se reproduzcan.
"La idea es implantarla directamente en el cerebro, por ejemplo, aprovechando la extirpación, porque la vía intravenosa es muy complicada y tiene menos probabilidades de éxito", ha asegurado García.
El investigador ha añadido que, aunque hasta que no se realicen ensayos clínicos no se sabrá con seguridad, los resultados preliminares indican que el efecto de la terapia genética va a estar limitado a una o dos semanas, lo que implicaría que el paciente debería realizar ciclos del tratamiento de la misma manera que se hace con la quimioterapia.