MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, junto al Instituto de Bioingeniería de Cataluña y en colaboración con dos grupos de los Estados Unidos han creado, por primera vez, injertos de corazón a partir de células madre pluripotentes humanas en un período inferior a un mes.
En el trabajo, publicado en la revista 'Biomaterials', los investigadores han sido capaces de repoblar parte del corazón decelularizado, que actúa a modo de andamio, con nuevas células cardíacas, las cuales han sido obtenidas a partir de técnicas de edición génica en células madre pluripotentes humanas. Estas células pueden diferenciarse hacia todos los tipos celulares del organismo, en este caso células cardiacas.
Con este tipo de investigaciones se busca que las células madre se conviertan en células adultas propias del tejido que se quiere reparar, ya que actualmente el cuerpo no es capaz de reparar el órgano tras un ataque al corazón u otro tipo de daño cardiaco.
De hecho, las células cultivadas en la matriz descelularizada de corazón humano mostraron un mayor grado de diferenciación cardiaca, en comparación con estas mismas células cultivadas en placas de cultivo. Tanto es así que, en solo 24 días, los injertos cardíacos humanos presentaban un nivel de maduración y comportamiento eléctrico y mecánico que no se había conseguido hasta la fecha en tejido cardiaco generado en laboratorio.
ESTRATEGIA "PROMETEDORA" PARA CREAR ÓRGANOS BIOFUNCIONALES
Ahora bien, el servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón ya demostró la funcionalidad de las células sembradas sobre el injerto descelularizado. No obstante, con este segundo paso, se ha evidenciado que las especiales propiedades de la matriz descelularizada mejoran la diferenciación de las células madre pluripotentes hacia célula cardiaca.
Además, este tipo de descelularización y recelularización de órganos representa una estrategia "prometedora" para el desarrollo de órganos biofuncionales que pueden ser utilizados para la detección de nuevos fármacos y el desarrollo de la medicina personalizada.
"Aunque debemos ser prudentes con las expectativas porque todavía nos queda mucho trabajo de investigación, la obtención de tejido cardiaco bioartificial nos permitirá tener un banco de injertos listo para un futuro uso en reparación cardiaca, permitiéndonos realizar la tan deseada medicina personalizada, ajustándonos a las necesidades de cada paciente", ha aseverado el jefe del servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, Francisco Fernández-Avilés.
Este trabajo es fruto de una colaboración dentro del marco de la Red de Investigación Cardiovascular (RIC), coordinada por el doctor Fernández-Avilés, y la Red de Terapia Celular (TerCel) del Instituto de Salud Carlos III. También han participado la Universidad de Minesota, el Texas Heart Institute y el Salk Institute for Biological Studies de Estados Undios y ha sido financiado en parte por una subvención European Research Council.