El Covid de larga duración afecta a los adolescentes de forma diferente que a los niños más pequeños

Archivo - Imagen de archivo de un niño con Covid-19.
Archivo - Imagen de archivo de un niño con Covid-19. - GARGONIA/ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 22 agosto 2024 10:52

MADRID 22 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos ha revelado que el Covid persistente afecta a los adolescentes de forma diferente que a los niños más pequeños. Los adolescentes eran más propensos a experimentar falta de energía/cansancio, mientras que los niños solían manifestar más dolor de cabeza.

Los científicos que investigan el Covid persistente en los jóvenes hallaron patrones similares, pero distinguibles entre los niños en edad escolar (de 6 a 11 años) y los adolescentes (de 12 a 17 años) e identificaron sus síntomas más comunes. El estudio, publicado en 'JAMA', procede de una investigación llevada a cabo a través de la iniciativa Researching COVID to Enhance Recovery (RECOVER) de los NIH, un esfuerzo de gran alcance para comprender, diagnosticar, tratar y prevenir la el Covid persistente, una afección caracterizada por síntomas y problemas de salud que se prolongan tras una infección por el SARS-CoV-2, el virus causante del Covid-19.

Así, se observó que los niños y adolescentes experimentaban síntomas prolongados tras la infección por SRAS-CoV-2 en casi todos los sistemas orgánicos y que la mayoría presentaba síntomas que afectaban a más de un sistema.

"La mayoría de las investigaciones que caracterizan los síntomas de Covid persistente se centran en los adultos, lo que puede llevar a la percepción errónea de que el Covid persistente en niños es poco frecuente o de que sus síntomas son como los de los adultos", ha afirmado el director de la División de Ciencias Cardiovasculares del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los NIH, David Goff.

"Dado que los síntomas pueden variar de un niño a otro o presentarse en diferentes patrones, sin una caracterización adecuada de los síntomas a lo largo de la vida, es difícil saber cómo optimizar la atención a los niños y adolescentes afectados", ha añadido Goff.

El estudio observacional incluyó a 3.860 niños y adolescentes con antecedentes de infección por SARS-CoV-2 en más de 60 centros de Estados Unidos entre marzo de 2022 y diciembre de 2023. También se incluyó un grupo de comparación de 1.516 niños y adolescentes sin antecedentes de infección por SRAG-CoV-2 para determinar si los síntomas prolongados de los que habían padecido Covid-19 estaban relacionados con el propio SRAG-CoV-2 o, en términos más generales, con los efectos de la pandemia.

Los cuidadores completaron una encuesta exhaustiva de síntomas en la que se preguntaba por 75 síntomas prolongados en todos los sistemas corporales principales que se produjeron al menos 90 días después de una infección inicial por SARS-CoV-2 y duraron al menos un mes. También completaron una encuesta en la que se les preguntaba por su percepción de la salud general, la salud física y la calidad de vida del niño.

A continuación, los investigadores emplearon una técnica estadística de uso común para identificar qué síntomas eran los mejores para diferenciar a los participantes que tenían y no tenían antecedentes de infección por SRAG-CoV-2. Identificaron combinaciones de síntomas distintas para cada grupo de edad que, en conjunto, generaban un índice de investigación de Covid persistente, que indica la condición probable de Covid persistente.

IDENTIFICARON 18 SÍNTOMAS QUE SE PROLONGABAN

Los investigadores identificaron 18 síntomas prolongados que eran más frecuentes en los niños en edad escolar, incluido el dolor de cabeza (57%), seguido de problemas de memoria o concentración (44%), problemas para dormir (44%) y dolor de estómago (43%). Otros síntomas frecuentes en niños en edad escolar no incluidos en el índice de investigación fueron dolor corporal, muscular y articular; cansancio/somnolencia diurna o falta de energía, y sensación de ansiedad.

En los adolescentes, 17 síntomas eran más frecuentes, como cansancio/somnolencia diurna o falta de energía (80%); dolor corporal, muscular o articular (60%); dolores de cabeza (55%), y problemas de memoria o concentración (47%). Sentirse ansioso y tener problemas para dormir fueron otros de los síntomas más frecuentes que no se incluyeron en el índice de investigación.

"Los síntomas que componen el índice de investigación no son los únicos que puede tener un niño ni los más graves, pero son los más predictivos a la hora de determinar quién puede tener Covid persistente", ha afirmado la doctora Rachel Gross, profesora asociada de los departamentos de pediatría y salud de la población de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York y autora principal del estudio.

Catorce síntomas se solapaban entre los grupos de edad. Al comparar investigaciones anteriores sobre el Covid persistente en adultos, el nuevo estudio descubrió que los adultos y los adolescentes presentaban un mayor solapamiento en los síntomas, como la pérdida o el cambio del olfato o el gusto. Los investigadores hallaron menos solapamiento entre adultos y niños en edad escolar, lo que subraya la importancia de la investigación del Covid persistente basado en la edad.

El estudio identificó índices de investigación separados para niños en edad escolar y adolescentes, junto con patrones de síntomas coincidentes pero distinguibles en cada grupo. De los 751 niños en edad escolar que presentaban Covid-19, el 20 por ciento cumplía el umbral del índice de investigación Covid persistente. De los 3.109 niños adolescentes con antecedentes de infección por SARS-CoV-2, el 14 por ciento cumplía el umbral del índice de investigación, aunque los investigadores señalaron que estas cifras no deben utilizarse como medidas de la incidencia en la población general, ya que su estudio puede haber incluido más niños con Covid persistetne que la población general.

Los científicos señalan que el índice de investigación proporciona un marco para analizar los síntomas comunes con fines de investigación -no necesariamente como guía para la atención clínica- y que probablemente se perfeccionará a medida que los investigadores estudien a más niños con y sin Covid persistente.

"Nuestro próximo paso es estudiar a niños de 5 años o menos para comprender mejor el Covid persistente en los más pequeños", ha finalizado Gross.