MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de científicos de las Universidades de Granada y Jaén han demostrado que correr descalzo, siempre que se haga de forma adecuada, disminuye considerablemente las posibilidades de que el atleta sufra lesiones porque produce cambios significativos en el tipo de apoyo del pie.
Correr descalzo permite incentivar la adquisición de un patrón biomecánico técnico de carrera más eficiente, como sería iniciar el contacto del pie con el suelo en la zona metatarsiana, esto es, apoyo adelantado.
Sin embargo, el empleo de calzado protector moderno parece incentivar la técnica opuesta ya que inicia el contacto con el suelo con la parte posterior del pie (apoyo retrasado), lo que genera importantes picos de impacto que repercuten negativamente en la salud y en el rendimiento deportivo.
"Este comportamiento mecánico en las extremidades inferiores, unido a un excesivo movimiento trasversal del tobillo, parecen estar íntimamente ligados al desarrollo de lesiones de carácter crónico", ha explicado uno de los autores de esta investigación, el profesor del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, Víctor Manuel Soto Hermoso.
APOYADO POR ATLETAS E INVESTIGADORES
Existe un gran interés por esta tendencia a correr descalzo, apoyado por un número creciente de corredores, así como por muchos investigadores que están profundizando en las ventajas e inconvenientes de esta forma de locomoción.
El elemento fundamental del calzado empleado ha sido la implementación de suelas protectoras. Sin embargo, durante las últimas décadas han surgido avances para cambiar el diseño de los elementos funcionales del calzado: mediasuelas acolchadas, tecnologías de control de movimiento o tecnologías para optimizar la amortiguación.
La investigación ha sido publicada en la revista 'Journal of Sport and Health Science', en un artículo en el que se recogen los resultados obtenidos tras desarrollar un programa de entrenamiento basado en la carrera descalzo de doce semanas de duración para comprobar los efectos producidos en los corredores.
Asimismo, han participado 39 corredores voluntarios que desarrollaron un programa con ejercicios específicos realizados en césped natural cuya carga era progresiva. Los ejercicios estaban basados exclusivamente en carreras de forma continua o interválica y 'sprints'.
RESULTADOS DEL ESTUDIO
Tras el período de entrenamiento, los científicos comprobaron que los atletas que corren descalzos cambian significativamente la técnica con la que impacta inicialmente el pie con el suelo. Así, los corredores con apoyo retrasado modificaron de forma significativa hacia un patrón más adelantado, tanto a velocidad de carrera confortable como a velocidades más elevadas.
Otros resultados significativos obtenidos están asociados con el riesgo de lesiones, donde los investigadores observaron que respecto a la eversión interna del pie se logró mantener invariable. En cambio, los referentes a la rotación del pie y tobillo variaron desde un 5,5 por ciento hasta un 13,8 por ciento hacia una rotación más externa.
En este sentido, "el entrenamiento basado en la carrera descalza, aplicado de forma correcta, produce cambios significativos en el tipo de apoyo independientemente de la velocidad del atleta: un tipo de apoyo adelantado (de metatarso), predispone a minimizar los picos de impacto y, por tanto, un menor riesgo para el corredor de padecer lesiones", ha subrayado el profesor Soto.
No obstante, los científicos han advertido que se debe ser prudente a la hora de iniciarse en la práctica de la carrera descalza y recalcan que "los profesionales del deporte, trabajando en cooperación con otros profesionales del ámbito de la salud, pueden diseñar programas personalizados para la introducción progresiva en esta estimulante manera de locomoción, cuyos beneficios merecen la pena ser experimentados, ya sea como un recurso puntual, un medio de entrenamiento, o una práctica intensiva habitual".