MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
El correcto manejo del Trastorno de control de impulsos (TCI) en los pacientes con enfermedad de Parkinson ayudará a mejorar su calidad de vida, según se han manifestado los expertos del IV Forum UCB de Trastornos del Movimiento celebrado en Madrid, en el que neurólogos generales y neurólogos expertos en Parkinson de toda España debaten sobre las grandes novedades científicas presentadas sobre esta enfermedad desde la experiencia clínica.
El TCI se trata de un efecto secundario producido por la medicación que puede reportar graves problemas en la vida diaria de los enfermos. Ocurre en un pequeño porcentaje de los pacientes con Parkinson que están siendo tratados con agonistas dopaminérgicos o levodopa, no obstante, "su control se hace necesario para paliar o reducir sus efectos y mejorar la calidad de vida de los pacientes", han determinado.
Los TCI engloban un amplio espectro de comportamiento anormal observado en pacientes con enfermedad de Parkinson tratados con agonistas dopaminérgicos. Se caracterizan por conductas obsesivas, juego patológico, compulsión por las compras, hipersexualidad e hiperfagia.
"Es importante poder reconocer y discriminar el perfil terapéutico de los distintos agonistas dopaminérgicos y su diferente tendencia a inducir disquinesias (movimientos anormales), impulsividad y otras alteraciones de conducta", señala el profesor y consultor de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra, y director y coordinador de este forum, José Obeso. "El manejo del TCI en particular requiere un diagnóstico muy precoz y una perspectiva multidisciplinar de manera individualizada para cada paciente", agrega.
Además, en este encuentro también se debaten otros temas candentes en la enfermedad del Parkinson, como la conferencia 'Subtipos de Enfermedad de Parkinson, importancia evolutiva', protagonizada por el catedrático de Neurología y director de la Unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Hospital Clínic de Neurociencias en Barcelona, Eduardo Tolosa.
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa en prevalencia e incidencia, con 150.000 personas afectadas en nuestro país. Tras su diagnóstico, se suceden síntomas motores como temblor, rigidez, bradicinesia o deterioro del equilibrio, además de síntomas no motores como trastornos del sueño, pérdida de olfato o depresión, entre otros.
Aunque su evolución puede ser muy lenta, en algunos pacientes puede desarrollarse de una forma mucho más rápida y agresiva. En la actualidad, los tratamientos disponibles controlan en gran medida los primeros síntomas de la enfermedad, por lo que si se consigue frenar su evolución, el Parkinson sería una enfermedad benigna en más del 90% de los casos.