MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades italianas investiga el caso de un hombre que intentó que le pusieran la vacuna contra la COVID-19 en un brazo de silicona, con el objetivo de obtener así el certificado que le permite acceder a todo tipo de actividades en Italia sin recibir la inyección pertinente.
El caso tuvo lugar en la localidad de Biella, situada en la región de Piamonte, donde un hombre de unos 50 años se presentó en su centro de vacunación con un brazo que hizo "sospechar" a la enfermera Filippa Bua, como ha contado ella misma al diario 'La Repubblica'.
A Bua le llamaron la atención el color y la textura de la supuesta extremidad y finalmente se percató de que no era el verdadero brazo del paciente al que estaba atendiendo. El hombre supuestamente quería obtener el certificado COVID para seguir trabajando, pero por ahora le ha valido una denuncia ante la Policía y una posible investigación de la Fiscalía, según la agencia AdnKronos.
El presidente de Piamonte, Albeeto Cirio, y el responsable de Sanidad, Luigi Icardi, han afirmado que "el caso roza el ridículo si no fuera porque es un gesto de enorme gravedad", ya que están en juego vidas y también el desarrollo social y económico del país. Ahora, el acusado "responderá ante la Justicia", han subrayado.
El Gobierno de Italia ha decretado que la vacunación sea obligatoria para trabajadores sanitarios, profesores, policías o militares. La Policía italiana ha descubierto a unos 280 trabajadores del sector sanitario sin vacunar en contravención de la orden emitida en abril, según un balance conocido este viernes