MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado en Italia ha identificado una relación entre la concentración de contaminantes comunes y la incidencia de paros cardíacos extrahospitalarios. Los resultados de este estudio han sido presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2021.
"Estudiamos siete contaminantes comunes y descubrimos que, a medida que aumentaba la concentración de cada uno de ellos, se incrementaba el riesgo de sufrir una parada cardíaca --ha declarado la autora del estudio, la doctora Francesca R. Gentile, de la Fundación IRCCS Policlinico San Matteo, de Pavía (Italia)--. Los resultados sugieren que la calidad del aire debería incorporarse a los modelos de predicción para ayudar a los sistemas sanitarios a planificar las necesidades de servicios".
Se ha establecido que la contaminación atmosférica es un posible factor desencadenante de paradas cardíacas extrahospitalarias, pero la relación con contaminantes atmosféricos específicos sigue siendo controvertida debido al número de mecanismos implicados. Este estudio examinó las asociaciones entre la exposición a corto plazo a las partículas y los contaminantes gaseosos y la incidencia de la parada cardíaca extrahospitalaria.
El estudio se llevó a cabo en las provincias de Pavía, Lodi, Cremona y Mantua, en el sur de Lombardía, que abarcan 7.863 km2 en áreas metropolitanas y rurales con más de 1,5 millones de habitantes. Los datos sobre la incidencia diaria de paradas cardíacas en 2019 se obtuvieron del registro regional de paradas cardíacas Lombardia CARe.
Los autores calcularon la mediana de la incidencia diaria de paradas cardíacas en 2019 y luego clasificaron cada día como de mayor o menor incidencia que el valor de la mediana. Utilizando los valores de concentración proporcionados por las estaciones de monitoreo en todo el territorio de estudio, los autores calcularon la concentración media diaria de contaminantes.
En la región del estudio se produjeron un total de 1.582 paros cardíacos extrahospitalarios durante 2019, con una incidencia media diaria de 0,3 casos por cada 100.000 habitantes. Las concentraciones de PM10, PM2,5, dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono, benceno y dióxido de azufre fueron significativamente mayores en los días con una incidencia de paradas cardíacas por encima de la mediana, en comparación con los días en los que la incidencia estaba por debajo de la mediana. En el análisis inicial, el ozono mostró una contra-tendencia, estando en una concentración significativamente mayor en el periodo de baja incidencia.
A continuación, los investigadores evaluaron la relación entre la concentración (o dosis) de cada contaminante y la probabilidad de tener una incidencia de parada cardiaca por encima del valor medio. Tras corregir la temperatura media diaria, se demostró una relación dosis-respuesta para todos los contaminantes analizados, incluido el ozono, donde un aumento de la concentración se asoció a una mayor probabilidad de sufrir una parada cardíaca. En el caso de la temperatura se observó una relación inversa, ya que la probabilidad de sufrir una parada cardíaca aumentaba a medida que descendía la temperatura.
La doctora Gentile apunta que "las relaciones observadas entre las concentraciones de los distintos contaminantes y la probabilidad de sufrir una parada cardíaca podrían utilizarse en el futuro para predecir la incidencia de esta afección potencialmente mortal en zonas geográficas concretas".
"Esperamos que la vigilancia de los contaminantes atmosféricos pueda mejorar la eficacia de los servicios sanitarios al incorporarse a los modelos de previsión de ambulancias y a los sistemas de alerta --prosigue--. Además de ser una amenaza para el ecosistema, se están acumulando pruebas de que el aire sucio debe considerarse un factor modificable que contribuye a las enfermedades cardiovasculares".