MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Actualmente se estima que hasta un 25 por ciento de la población española padece alergia respiratoria pero en los próximos años está previsto que aumente el número de afectados como consecuencia del cambio climático y la contaminación atmosférica.
Según han demostrado un grupo de investigadores, los gases, dióxido de nitrógeno y ozono a nivel del suelo, parecen provocar cambios químicos en ciertos alérgenos en el aire que podrían elevar su potencia, lo que, en combinación con los cambios en el clima global, podría ayudar a explicar por qué las alergias aerotransportadas están volviéndose más comunes.
Un par de contaminantes del aire relacionados con el cambio climático también podrían ser importantes contribuyentes al aumento sin precedentes en el número de personas que tienen estornudos, mocos y sibilancias durante la temporada de alergias.
Estas conclusiones, que se presentan este domingo en la 249 Reunión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química (ACS, por sus silgas en inglés), fueron obtenidas por expertos del Instituto Max Planck, en Alemania.
"Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que la contaminación atmosférica y el cambio climático están involucrados en el aumento de la prevalencia de las alergias de todo el mundo. Pero ha sido difícil entender los procesos químicos subyacentes detrás de este fenómeno", afirma uno de los autores del trabajo, Ulrich Pöschl, del Instituto Max Planck.
"Nuestra investigación es sólo un punto de partida, pero empieza a sugerir cómo se producen modificaciones químicas de las proteínas alergénicas y cómo puede afectar a la alergenicidad", sentencia este investigador. En trabajos anteriores, Pöschl; Christopher Kampf, Manabu Shiraiwa y sus colegas de Max Planck exploraron cómo las sustancias que causan alergias se alteran en el aire y, entonces, decidieron profundizar en cómo sucede y examinar cómo los contaminantes del aire relacionados con el tráfico podrían elevar la fuerza de estos alérgenos.
OZONO Y DIÓXIDO EN EL POLEN
En pruebas de laboratorio y simulaciones por ordenador, estos especialistas estudiaron los efectos de diferentes niveles de ozono y dióxido de nitrógeno en el alérgeno principal del polen de abedul llamado Bet v 1. Así, determinaron que el ozono --el componente principal de la polución-- oxida un aminoácido llamado tirosina que ayuda a formar proteínas Bet v 1.
Esta transformación pone en movimiento una cadena de reacciones químicas que implica intermediarios reactivos del oxígeno y puede unirse a las proteínas, alterando sus estructuras y sus posibles efectos biológicos. Cuando esto ocurre, Kampf dice que las proteínas reticuladas pueden ser alérgenos más potentes.
El equipo de Pöschl también encontró que el dióxido de nitrógeno, un componente del tubo de escape de los automóviles, parece alterar la polaridad y las capacidades de unión de las proteínas alergénicas Bet v 1. Esto, unido a los efectos del ozono, puede impulsar la respuesta inmune del cuerpo a estas partículas, en particular en ambientes húmedos, mojados y contaminados, según estos expertos.