MADRID 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
En Estados Unidos, algunos estados cuentan con leyes para reducir la contaminación lumínica; sin embargo, los niveles de luz nocturna siguen siendo altos en muchas partes del país. Ahora, investigadores del Centro Médico Universitario Rush (Estados Unidos) han estudiado las correlaciones entre la contaminación lumínica nocturna exterior y la enfermedad de Alzheimer (EA).
"Hemos demostrado que en Estados Unidos existe una asociación positiva entre la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y la exposición a la luz durante la noche, en particular en personas menores de 65 años", expone la primera autora del estudio en 'Frontiers in Neuroscience', la doctora Robin Voigt-Zuwala, profesora adjunta del Rush University Medical Center. "La contaminación lumínica nocturna, un factor ambiental modificable, puede ser un factor de riesgo importante para la enfermedad de Alzheimer".
Los investigadores estudiaron mapas de contaminación lumínica de los 48 estados continentales de Estados Unidos e incorporaron datos médicos sobre variables que se sabe o se cree que son factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer en su análisis. Generaron datos de intensidad nocturna para cada estado y los dividieron en cinco grupos, desde la intensidad de luz nocturna más baja hasta la más alta.
Los resultados mostraron que, en el caso de las personas de 65 años o más, la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer se correlacionaba más estrechamente con la contaminación lumínica nocturna que con otros factores patológicos, como el abuso de alcohol, la enfermedad renal crónica, la depresión y la obesidad. Otros factores de riesgo, como la diabetes, la hipertensión arterial y los accidentes cerebrovasculares, se asociaban más estrechamente con la enfermedad de Alzheimer que con la contaminación lumínica.
Sin embargo, en el caso de las personas menores de 65 años, los investigadores descubrieron que una mayor intensidad de la luz nocturna se asociaba con una mayor prevalencia de la enfermedad de Alzheimer que cualquier otro factor de riesgo examinado en el estudio. Esto podría indicar que las personas más jóvenes pueden ser especialmente sensibles a los efectos de la exposición a la luz durante la noche, dijeron los investigadores.
No está claro por qué las personas más jóvenes podrían ser más vulnerables, pero podría deberse a diferencias individuales en la sensibilidad a la luz. "Ciertos genotipos, que influyen en la aparición temprana de la enfermedad de Alzheimer, afectan la respuesta a los factores de estrés biológicos, lo que podría explicar una mayor vulnerabilidad a los efectos de la exposición a la luz nocturna", explica Voigt-Zuwala. "Además, es más probable que las personas más jóvenes vivan en áreas urbanas y tengan estilos de vida que pueden aumentar la exposición a la luz durante la noche".
Los investigadores esperan que sus hallazgos puedan ayudar a educar a las personas sobre los posibles riesgos de la luz durante la noche. "El conocimiento de la asociación debería empoderar a las personas, en particular a
aquellas con factores de riesgo de EA, para que realicen cambios sencillos en su estilo de vida", afirmó Voigt- Zuwala. "Algunos cambios fáciles de implementar incluyen el uso de cortinas opacas o dormir con antifaces. Esto es útil especialmente para quienes viven en áreas con alta contaminación lumínica".
Además, la exposición a la luz dentro del hogar podría ser tan importante como la exposición a la luz del exterior. Si bien los investigadores no examinaron los efectos de la luz interior en el presente estudio, afirmaron que la luz azul tiene el mayor impacto en el sueño y que el uso de filtros de luz azul, el cambio a una luz cálida y la instalación de reguladores de intensidad en el hogar podrían reducir eficazmente la exposición a la luz.
Los investigadores señalaron que sus resultados se basan en un subconjunto de la población estadounidense y que es posible que las personas no vivan en áreas con alta contaminación lumínica toda su vida, por lo que ambos factores podrían afectar los resultados individuales. También dijeron que se necesitan más investigaciones para comprender mejor cómo la luz nocturna influye en la enfermedad de Alzheimer.