MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Algunos contaminantes atmosféricos comunes, como el ozono troposférico, se asocian a resultados más graves tras la infección por el SARS-CoV-2, incluido el ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), según una nueva investigación publicada en la revista 'CMAJ' (Canadian Medical Association Journal).
Para determinar si existía una asociación entre la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica y la gravedad de la COVID-19, los investigadores analizaron los datos de todas las 151 105 personas de 20 años o más con infección confirmada por SARS-CoV-2 en 2020 en Ontario (Canadá), que no vivían en un centro de cuidados de larga duración.
Modelaron la exposición histórica a tres contaminantes atmosféricos comunes antes de la pandemia: partículas finas (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico (O3). Los autores ajustaron la fecha de diagnóstico, el sexo y la edad, el hecho de formar parte de un brote, la condición de trabajador esencial, el estatus socioeconómico del barrio, el acceso a la atención sanitaria, incluido el historial de vacunación contra la gripe, las visitas ambulatorias previas y otros factores.
"Observamos que las personas infectadas por el SARS-CoV-2 que vivían en zonas de Ontario con niveles más altos de contaminantes atmosféricos comunes (PM2,5, NO2 y O3) tenían un riesgo elevado de ser ingresadas en la UCI después de que ajustáramos los factores de confusión individuales y contextuales, incluso cuando el nivel de contaminación atmosférica era relativamente bajo", escribe el doctor Hong Chen, del Ministerio de Sanidad de Canadá y del CIEM, con sus coautores.
También encontraron un riesgo elevado de hospitalización con la exposición crónica a PM2,5 y O3, y un mayor riesgo de muerte por COVID-19 con la exposición crónica a O3.
Estos resultados se suman a los crecientes informes que relacionan la contaminación atmosférica con la gravedad de la COVID-19 en otros países, como España y México.
"Dada la pandemia en curso, nuestros hallazgos, que subrayan la relación entre la exposición crónica a la contaminación atmosférica y la mayor gravedad de la COVID-19, podrían tener importantes implicaciones para la salud pública y los sistemas sanitarios", escriben los autores.
En cuanto a los mecanismos de cómo la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica puede estar influyendo en la gravedad de la COVID-19, los investigadores piden que se siga investigando.