El consumo de lubinas y doradas procedentes de piscifactorías murcianas no supone riesgo de exposición a anisakis

Ejemplar De Dorada De Criadero
UA
Actualizado: lunes, 5 diciembre 2011 12:31

MURCIA 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

Un estudio realizado por los investigadores José Peñalver, Emilio María Dolores y Pilar Muñoz de la Universidad de Murcia demuestra la ausencia de larvas de anisakis, parásito responsable de un gran número de alergias alimentarías, en doradas y lubinas cultivadas en piscifactorías murcianas.

En ninguna de las muestras examinadas se observó la presencia de estos nematodos, por lo que el consumo de lubinas y doradas procedentes de piscifactorías no suponen un riesgo de exposición a anisakis, según este estudio publicado en la revista 'Journal of Food Protection'.

La anisakiasis es la enfermedad ocasionada por la infección de nematodos pertenecientes a las familias 'anisakidae' y 'raphidascaridae', que comúnmente se conocen con el nombre de anisakis, según fuentes del departamento de Promoción de la Investigación (Prinum), dependiente del Vicerrectorado de Investigación, consultadas por Europa Press.

En España, el alto índice de consumo de pescado y la frecuencia con que se ingiere crudo o poco cocinado, justifica que la aparición de brotes de anisiakasis se haya convertido en una cuestión de relevancia sanitaria de primer orden. En particular, se asocia a la toma de boquerón en vinagre, que es la forma más frecuente de consumo de pescado crudo en nuestro país.

Horas después de la ingestión de las larvas del parásito, puede aparecer dolor abdominal, náuseas y vómitos. Debido al aumento de su incidencia en los últimos años, las administraciones públicas han introducido medidas legales para prevenirla, principalmente mediante la congelación previa del pescado que vaya a ser consumido crudo, poco hecho, en salazón o en escabeche, recuerda Prinum.

Incluso bien cocinado, anisakis plantea un riesgo a la salud de los humanos, añaden los investigadores, que matizan que estos parásitos liberan una serie de sustancias en los tejidos que los rodean cuando infectan a un pez, y que pueden consumirse junto con el pescado.

Las personas que son sensibles a los nematodos pueden sufrir severas reacciones nafilácticas después de comer pescado que haya sido parasitado por especies de anisákidos, recuerdan.

TRABAJO UMU

Los investigadores de la UMU han llevado a cabo este trabajo para comprobar la posibilidad de que el pescado de acuicultura contuviese anisakis, para lo que analizaron 259 lubinas y 612 doradas procedentes de instalaciones de acuicultura ubicadas en la Región de Murcia.

Empleando dos técnicas diagnósticas, inspección visual y digestión enzimática, observaron la ausencia de larvas de anisakidos en todas las muestras analizadas. Estos resultados sugieren que aunque no se pueda descartar el riesgo completamente, el consumo de lubinas y doradas de acuicultura presentan un riesgo mínimo de exposición a anisakis.

El estudio añade que sardinas, boquerones, atunes, y salmones son las especies parasitadas más frecuentemente, pero existen pocos datos acerca del grado de parasitación de otras especies tales como la dorada y la lubina, las dos especies más comercializadas en España debido probablemente a que estos pescados no se suelen consumir crudos o pocos cocinados.

No obstante, precisa que una investigación reciente ha detectado que el 89,36 por ciento de las lubinas silvestres analizadas en dicho estudio contenían larvas de anisakis.

En el caso de los peces de acuicultura, la mayoría de los datos indican que están libres de anisákidos debido a que el proceso de alimentación en las piscifactorias imposibilita la continuidad del complejo ciclo de vida de este parásito.

En las piscifactorías, al ser alimentados con piensos deshidratados y esterilizados, los peces no ingieren los hospedadores intermediarios con la fase infectante del parásito, puntualiza Prinum.

No obstante, la práctica actual de cultivo de peces implica su cría en jaulas flotantes en el mar, lo que posibilita un eventual contacto con los crustáceos que actúan como hospedadores intermediarios transmitiendo el parásito a los peces. De hecho, recientemente se ha detectado la presencia de larvas de anisákido en un salmón cultivado en una instalación de acuicultura.