MADRID 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio ha comprobado que las personas que consumían marihuana a diario tenían aproximadamente un tercio más de probabilidades de desarrollar enfermedad arterial coronaria (EAC) en comparación con las que nunca habían consumido esta droga.
A medida que el cannabis se legaliza en un número creciente de estados de Estados Unidos, este estudio, presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología junto con el Congreso Mundial de Cardiología, es uno de los más amplios y completos realizados hasta la fecha para examinar las posibles consecuencias cardiovasculares a largo plazo del consumo de la droga.
La EAC es la forma más común de cardiopatía y se produce cuando las arterias que suministran sangre al corazón se estrechan debido a la acumulación de colesterol. Suele causar dolor torácico, dificultad respiratoria y fatiga y puede desembocar en un infarto de miocardio.
Estudios anteriores han arrojado resultados algo contradictorios sobre la relación entre el cannabis y las cardiopatías, y algunos sugieren que fumar marihuana puede aumentar el riesgo de infarto de miocardio, ictus y otros episodios cardiacos, especialmente en personas jóvenes.
"Hemos descubierto que el consumo de cannabis está relacionado con las enfermedades cardiovasculares, y parece existir una relación dosis-respuesta en la que un consumo más frecuente de cannabis se asocia a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares --afirma el doctor Ishan Paranjpe, médico residente de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y autor principal del estudio.
"En cuanto al mensaje de salud pública, muestra que probablemente hay ciertos daños del consumo de cannabis que no se habían reconocido antes, y la gente debería tenerlo en cuenta", añade.
Utilizando datos del Programa de Investigación All of Us de los Institutos Nacionales de Salud, que incluye información detallada sobre la salud y los hábitos de 175.000 personas, los investigadores analizaron primero la relación entre la frecuencia de consumo de cannabis (evaluada mediante encuestas en el momento de la inscripción en el estudio) y las tasas de EAC (evaluadas a partir de historiales médicos de varios años).
A continuación, utilizaron la aleatorización mendeliana, un enfoque basado en la genética para identificar una relación causal entre el trastorno por consumo de cannabis y el riesgo de EAC utilizando datos de un consorcio genético independiente. El trastorno por consumo de cannabis es un trastorno psiquiátrico reconocido que implica el consumo frecuente y la dependencia de la marihuana.
Tras ajustar por edad, sexo y principales factores de riesgo cardiovascular, los resultados indicaron que los consumidores diarios de cannabis tenían un 34% más de probabilidades de padecer EAC que los que nunca habían consumido marihuana. En cambio, el consumo mensual de cannabis no se asoció a un aumento significativo del riesgo de EAC.
El análisis de aleatorización mendeliana sugirió que esto se debía a una relación causal, descubriendo que las personas con trastorno por consumo de cannabis tenían más probabilidades de desarrollar EAC. Además, en el análisis genético, esta relación causal era independiente de los posibles efectos de confusión del consumo de tabaco y alcohol.
Basándose en estos resultados, los investigadores señalan que es importante que las personas sean conscientes de que el consumo de cannabis no está exento de riesgos y que se aseguren de informar a su médico si consumen cannabis para que los médicos puedan tomar las medidas adecuadas para vigilar su salud cardiaca.
Estudios anteriores han sugerido que el tetrahidrocannabinol (THC), la molécula responsable de los efectos psicoactivos del cannabis, actúa sobre receptores que se encuentran en el sistema nervioso central y en el corazón y los vasos sanguíneos.
Esta interacción entre el THC y los vasos sanguíneos puede proporcionar una vía para que el cannabis promueva la inflamación y la acumulación de placa, lo que en última instancia conduce a la EAC. No se esperarían necesariamente los mismos efectos con el uso de cannabidiol (CBD), otro ingrediente activo del cannabis y el cáñamo que se extrae habitualmente para productos que no contienen THC.
Al ayudar a comprender mejor las vías moleculares implicadas en el consumo de marihuana y las cardiopatías, los hallazgos podrían abrir nuevas oportunidades de intervención para prevenir o tratar las cardiopatías.
"Desde un punto de vista científico, estos hallazgos son apasionantes porque sugieren que podría haber nuevas dianas farmacológicas y mecanismos que podemos explorar para controlar esta vía en el futuro", afirma Paranjpe.
Los conjuntos de datos utilizados en este estudio no diferenciaban entre las distintas formas de consumo de cannabis, por ejemplo, si la droga se fumaba o se consumía en forma de comestibles u otras formas. Dado que el THC entra en el organismo por una vía distinta y llega al cerebro más rápidamente cuando el cannabis se fuma en lugar de ingerirse, los investigadores señalan que podría ser útil examinar las implicaciones para la salud de estas distintas formas de consumo de cannabis en futuros estudios.
Aunque el consumo y la posesión de cannabis siguen siendo ilegales según la ley federal, más de la mitad de los estados de Estados Unidos han legalizado o despenalizado el uso recreativo de la marihuana y tres cuartas partes permiten su uso con fines médicos. Un estudio realizado en 2019 estimó que alrededor del 18% de los adultos estadounidenses consumieron marihuana ese año.