MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han creado con éxito células madre neuronales de la médula espinal (NSC) a partir de células madre pluripotentes humanas (hPSC, por sus siglas en inglés), que avanzan en el modelado de enfermedades y pueden proporcionar una fuente nueva y escalable de células de reemplazo para las lesiones de la médula espinal.
Este logro, descrito en la edición de este lunes de la revista 'Nature Methods', avanza no solo en la investigación básica, como las aplicaciones biomédicas del modelado de enfermedades in vitro, sino que, a juicio de los responsables del estudio, puede constituir una fuente celular "mejorada y clínicamente traducible" para lesiones y trastornos de la médula espinal.
Tal y como recuerdan los investigadores, en los últimos años, se ha trabajado "mucho" para explorar el potencial del uso de células madre derivadas de hPSC en la creación de nuevas células de la médula espinal necesarias para reparar las dañadas o enfermas. "El progreso ha sido constante, pero lento y limitado", apuntan.
En su nuevo artículo, el primer autor del estudio, Hiromi Kumamaru, y el autor principal, Mark Tuszynski, describen la creación de una línea celular para avanzar "significativamente" en la causa. Después de injertar células NSC derivadas de hPSC cultivadas en médulas espinales dañadas de ratas, comprobaron que los injertos eran ricos en neuronas excitadoras, tenían grandes cantidades de largos axones, inervaban sus estructuras objetivo y permitían una regeneración corticoespinal sólida.
"Establecimos una fuente escalable de NSC de la médula espinal humana que incluye todos los tipos de células progenitoras neuronales de la médula espinal. En los injertos, estas células se podían encontrar a lo largo de la médula espinal, dorsal a ventral. Promovieron la regeneración después de la lesión de la médula espinal en ratas adultas, incluidos los axones corticospinales, que son extremadamente importantes en la función motora humana voluntaria", destaca Kumamaru.
Los investigadores señalan que, aunque se necesita hacer más trabajo, estas células constituirán las células fuente para el avance a los ensayos clínicos en humanos en un período de tiempo de tres a cinco años. "Todavía necesita determinarse que las células son seguras durante largos períodos de tiempo en estudios de primates no humanos y de roedores, y que su eficacia puede ser replicada", concluyen.