MADRID, 3 May. (EDIZIONES) -
La toma de cualquier fármaco puede conllevar la aparición de una serie de efectos secundarios. En el caso de los tratamientos oncológicos esto es igual, y pueden dar lugar a toxicidad, que se simboliza en una serie de síntomas que a continuación detallaremos.
El oncólogo del Hospital Universitario de Fuenlabrada de Madrid David Gutiérrez, miembro del proyecto InnovaHONCO del citado centro sanitario, cuenta que, además, hay algunos pacientes que están más predispuestos a la toxicidad, bien por su genética o porque no todo el mundo metaboliza igual los tratamientos, ni tampoco parte del mismo estado de salud.
En el caso de la quimioterapia, este doctor menciona que fundamentalmente estos efectos tóxicos pueden diferenciarse en dos grupos: a nivel de medula ósea (cansancio, anemia, fiebre por infecciones, más o menos sangrados por descenso de plaquetas); y después a nivel gastrointestinal, de la piel, del pelo, al tiempo, que es muy frecuente la diarrea.
Precisa este especialista que algunas quimioterapias producen también toxicidad a nivel de los nervios periféricos, dando lugar alteraciones en la sensibilidad; mientras que otras hipertensión, o incluso cierto riesgo cardíaco.
A su vez, este oncólogo menciona que son muy habituales con la quimioterapia, en un 60-70% de los casos, las náuseas y los vómitos los primeros días: "Tras un ciclo de quimioterapia, por ejemplo, hay unos efectos secundarios que pueden aparecer el mismo día de tratamiento o el segundo día de después, es lo que se llama 'toxicidad aguda', donde pueden aparecer estas náuseas y vómitos; mientras que los efectos tóxicos subagudos pueden surgir a la semana y serían por ejemplo la diarrea, o la bajada de defensas y de plaquetas".
LA RADIOTERAPIA Y LAS TERAPIAS DIRIGIDAS
Con la radioterapia, otro tratamiento oncológico, como se irradian zonas concretas del cuerpo la toxicidad se localiza en estas, según prosigue Gutiérrez. Si, por ejemplo, se irradia sobre la tiroides, este doctor apunta que como efecto secundario puede aparecer el hipotiroidismo; al tiempo que si se hace sobre la boca se pueden desarrollar úlceras o incluso dificultad para trabajar; mientras que si la zona a tratar es el colon o la pelvis suelen tener lugar los sangrados o las diarreas.
En el caso de los tratamientos más modernos, las terapias dirigidas, este oncólogo subraya que cada uno tiene su propio perfil de toxicidad y pone el ejemplo de la inmunoterapia, donde pueden inflamarse los órganos, como los intestinos o el pulmón; mientras que en otras terapias dirigidas se pueden producir reacciones cutáneas, o hipertensión, entre otras. "Cada uno tiene un mecanismo de acción concreto y su propio perfil de toxicidad", incide.
POR QUÉ SE PRODUCE ESTA TOXICIDAD
Le preguntamos a este experto por qué sucede esto, por qué surge toxicidad con los tratamientos frente al cáncer, y con el ejemplo de la quimioterapia menciona que esta tiene un efecto muy general a nivel de toxicidad, porque no solo mata a las células tumorales, sino que también en muchas ocasiones a las propias células sanas. También habla de que la toxicidad con un mismo tratamiento varía según la persona, según su tolerancia, su genética, y su estado inicial.
"En estos tratamientos combinamos fármacos con mecanismos de acción distintos y se solapan efectos secundarios de un tratamiento y de otro, y a veces también se añaden los propios síntomas que producen los tumores", agrega.
CÓMO SE EVALÚA LA TOXICIDAD EN CADA TRATAMIENTO
Así, el doctor Gutiérrez incide en que cada vez que una persona va al oncólogo y se le prescribe un tratamiento quimioterápico se le ofrecen diversas opciones por si surgen estos síntomas no deseados. Además, remarca que entre ciclo y ciclo de tratamiento habitualmente se evalúa la situación del paciente y cómo ha sobrellevado los efectos secundarios.
"Hay tratamientos que pueden durar bastante y en Hematología, por ejemplo, duran varias semanas. Estos pacientes los tenemos ingresados porque hay que evaluar los síntomas todos los días", añade.
Con ello, indica que si el paciente, a pesar de los consejos del oncólogo, no mejora con sus efectos secundarios, siempre puede llamar a los hospitales de día que se ofrecen en muchos centros sanitarios, así como acudir a Urgencias si fuera necesario, más allá de lo pautado, porque "cuanto antes se ataje el problema, más fácil será de resolver".
Por otro lado, el oncólogo del Hospital Universitario de Fuenlabrada reconoce que no siempre para los pacientes oncológicos es fácil mantener el estilo de vida saludable que seguían antes de los tratamientos, pero en la medida de lo posible aconseja no fumar ni beber por supuesto, así como realizar una dieta saludable, o actividad deportiva si fuera posible.
"Se puede hacer dieta más o menos saludable dentro de las posibilidades de cada uno. Tampoco hay que agobiar a los pacientes. Que haga cada uno lo que pueda hacer. Por ejemplo, si tiene anemia y está muy cansado no podrá salir a la calle; dejar de fumar, de beber, vida sana, intentar comer sano, hacer deporte en la medida de los posible", son sus consejos.
De hecho, incide en la importancia de hacer ejercicio porque sostiene que el encamamiento es muy malo en los pacientes con cáncer, ya que estos tienen más riesgo de trombosis.