MADRID, 7 Ago. (EDIZIONES) -
En verano frecuentamos más la piscina y el mar. Con ello, aumentan las posibilidades de contraer una otitis o dolor espantoso de oídos. Comúnmente se la conoce como la otitis del nadador o la 'otitis externa difusa' en la jerga médica. En concreto, tiene una mayor incidencia en el verano por el incremento de las temperaturas, así como por los baños en el mar, o en las piscinas.
"Esto hace que la piel que recubre el conducto auditivo externo esté más expuesta a la humedad, a la entrada de agua. Ésta a veces se queda retenida en el mismo conducto y favorece la contaminación de la piel de la zona. A partir de esa contaminación o infección de la misma se producen una serie de fenómenos inflamatorios que son los responsables de la sintomatología de esta entidad", explica en una entrevista con Europa Press el doctor Manuel Manrique, presidente de la Comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL).
A las personas que tienen estas otitis les duele el oído, es lo que se llama 'otalgia', por la que a veces se producen dolores intensos y que obligan a los pacientes a tomar analgésicos. Asimismo, puede tener lugar una pequeña sudación, es decir, se puede notar cierta humedad en el conducto auditivo. También la otitis del nadador puede provocar una leve disminución de la audición, no intensa, pero sí una percepción de taponamiento.
"Generalmente no ocurre de forma inmediata tras salir de la piscina. Inicialmente no se nota nada, aparece horas después. Si ocurre dolor inmediato puede haber perforación timpánica o ya una otitis externa que estaba en proceso. Obviamente te bañas un día, y luego otro día vuelves a hacerlo y como ya hay una inflamación sí que se puede notar el dolor nada más salir del agua", indica el también director del departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
FACTORES PERSONALES
Aparte de la temperatura y de la humedad, también influye a la hora de tener una otitis externa difusa o del nadador el hecho de que haya personas con una mayor predisposición que otras. Generalmente, tienen unas determinadas características de piel, suelen padecer dermatitis, tener eccemas en la piel, o pieles secas que pican, o con tendencia a generar tapones de cera. "En estos casos se mete agua, ésta tiene más dificultades para salir, se queda atrapada, macera la piel, la inflama y la infecta", añade el doctor Manrique.
A su vez, suelen tener estas otitis las personas con predisposición a tapones. Por ello, el otorrinolaringólogo ve conveniente que, antes de comenzar la temporada estival, visiten al otorrino o al médico para que les haga una limpieza de los conductos y así reducir esas posibilidades de infección.
También hay factores anatómicos que hacen que estas otitis aparezcan más en unas personas que en otras. Se trata de las características del conducto auditivo, algunas personas, por cómo está diseñado éste, tienen más facilidad para que el agua quede retenida en el conducto. Por otro lado, se encontrarían las personas mayores, las diabéticas y las inmunodeprimidas, como grupo de población más susceptible a padecer esta patología.
Asimismo, el experto de la SEORL avisa de que las personas que suelen rascarse los conductos auditivos también tienen más posibilidades de contraer la otitis del nadador puesto que al meterse algo al conducto generan una especie de microerosión de la piel, lo que daría lugar a la generación de pequeñas grietas y a la consecuente entrada de gérmenes.
CONSEJOS PARA PREVENIRLA
Sobre cómo prevenirla, el especialista de la SEORL enumera una serie de consejos:
.- Aquellas personas que tienen tendencia a tapones de cera antes del verano es conveniente que se realicen una limpieza del conducto auditivo, pero siempre bajo supervisión de un profesional sanitario. "Nunca hacerlo personalmente", remarca.
.- Importante secarse los oídos después del baño. Primero con la toalla por fuera del oído. Después, si al llegar a casa se percibe que sigue habiendo humedad, secar los conductos con el secador de pelo, aunque no emitir el chorro de aire caliente directamente sobre el conducto porque se puede quemar la oreja.
.- Nunca usar bastoncillos ni usarlos para secar el oído. "Esto no se hace metiendo los bastoncillos en el oído. Eso está absolutamente prohibido. Estos sólo se utilizan para limpiar los pliegues de la oreja, porque al meterlos se erosiona el conducto y se mete cera con el bastoncillo", señala el especialista en otorrinolaringología.
Salvo en casos en los que tenga lugar una patología del oído medio y esté indicado por un especialista, el doctor Manrique no ve conveniente usar tapones porque no evitan al 100% que entre el agua. Además, dice que empujan la cera hacia dentro del oído, y porque a veces al colocarlos es traumático, ya que se crean lesiones sobre la piel que después pueden inducir a la misma otitis. "A gran escala estos provocan más problemas que beneficios", apostilla.
Sobre cuándo hay que acudir al especialista si se sospecha de una otitis, el otorrino de la CUN subraya que una patología de estas características suele proporcionar bastante dolor y malestar al paciente, por lo que suele acudir con bastante rapidez al especialista. "Si es un dolor que persiste y con las horas va a más hay que acudir al especialista porque van a necesitar alguna limpieza, o de la prescripción de medicación en función del grado de evolución de la otitis", subraya.
Finalmente, el doctor Manrique pide cuidar los oídos en verano con respecto al ruido, ya que suele haber una mayor exposición a conciertos, fuegos artificiales o petardos por ejemplo, una exposición muy fuerte que puede generar traumatismos sobre el oído interno y generar unas secuelas permanentes en el mismo.