Consejos de 'Lucía, mi Pediatra' para ayudar a nuestros hijos ante su fobia a las agujas: "nunca hay que mentirles"

Archivo - Doctor poniendo una inyección a una niña. Sin miedo.
Archivo - Doctor poniendo una inyección a una niña. Sin miedo. - PROSTOCK-STUDIO/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 27 marzo 2023 8:31

    MADRID, 27 Mar. (EDIZIONES) -

   No solo los niños sienten pavor por las agujas si saben que tienen que ponerles una vacuna o sacarles sangre. También es cosa de adultos y no será un padre el primero ni el último que se desmaya en la consulta del pediatra o de la enfermera cuando le están poniendo a su hijo una vacuna, o bien le están sacando sangre.

   Según datos del Consejo General de la Psicología de España, entre el 50 y el 60% de los y las menores experimentan más miedo del esperado a las agujas, en comparación con el 10% de los adultos; por lo que no siempre es fácil acudir con los pequeños cuando les toca ponerse una vacuna, o bien es necesario sacarles sangre.

   'Lucía, mi pediatra', más conocida como Lucía Galán Bertrand, acaba de publicar 'Cuentos de primavera de Lucía, mi pediatra' (timunmas), un libro de cuentos destinado a niños en el que se centra en este aspecto, aprovechando que su protagonista, 'Lola', tiene muchas alergias y tiene que sacarse sangre.

   Reconoce esta experta que es súper habitual en los niños y en los adultos el miedo a las agujas, una fobia "conocida, y frecuente". Mantiene que los pequeños suelen tenerles miedo a las agujas porque se trata de una técnica que no gusta, que les hace daño, y un poco violenta visualmente porque ven una aguja, pero también cómo les están extrayendo su propia sangre.

   "Si nos ponemos en la cabeza del niño que no entiende el motivo de porqué le tienen que sacar sangre, y todo dentro de un procedimiento muy hostil, en un sitio y con una persona que no conoce, con una técnica dolorosa y le sacan su propia sangre, que de por sí da aprensión, se comprende todo", afirma esta pediatra.

VISUALIZARLO CON ANTELACIÓN PARA ESTAR TRANQUILOS

   Entonces es normal que tengan miedo y absolutamente natural y hay que intentar preparar a los niños, explicarles qué va a pasar y que nos anticipemos a la situación. "A través de un cuento es ideal, una manera de conectar con ellos y con otros personajes infantiles con los que sentirse identificados, de forma que cuando llega el momento se encuentran más tranquilos", añade.

   Es más, rechaza la idea de que hay veces que nosotros como padres pensamos que es mejor no decirles nada, y cuanto menos dure esto mejor, pero es que advierte la doctora Galán de que su cabeza funciona al revés, los menores funcionan por rutinas, y necesitan visualizarlo con antelación para estar tranquilos.

   "Como estás malito necesitan sacarte un poco de sangre para ver en tu sangre las células y bichitos que tienes. Hay que contarles el porqué le hacemos analítica y el cómo se va a desarrollar ese momento. Esa mañana no podemos desayunar porque sino no se verán los bichitos, nos atenderá un enfermero. Estos pasos rebajan la ansiedad en los niños y en los adultos también", insiste la especialista.

   Ahora bien, 'Lucía, mi pediatra' mantiene que de pequeños sí que es necesario que mantengan las vacunaciones al día recogidas en el calendario vacunal, y subraya que en el caso de las extracciones de sangre estas no suelen ser tan habituales en la infancia, precisamente por ese procedimiento tan hostil, aunque sí suelen solicitarse.

   Según menciona: "En casos como un malestar general de días, una fiebre que no da la cara, y que se necesita ver a qué responde; en caso de infecciones víricas o bacterianas; cuando hay que ingresarles y cogerles una vía; y luego tenemos las analíticas programadas, sospecha de niño con celiaquía, niño que de repente deja de ganar peso, en las alergias, cuando sospechamos de una anemia ferropénica, de falta de hierro".

CÓMO PODEMOS AYUDARLES

   Con ella, esta experta aporta los siguientes consejos a la hora de sacarles sangre o ponerles una vacuna:

   1.- Explicarles por qué hay que ponerles una vacuna o sacar sangre, para qué sirven las vacunas; una vez asumen esa responsabilidad, "esas vacunas ayudan a que el niño no se ponga muy malito', les haces partícipes de algo que va a ocurrir en su cuerpo; o ver qué hay en la sangre y todas las células para saber cómo pueden estar mejor y qué les sucede, por qué se encuentran tan mal.

   2.- Explicarles paso a paso lo que va a pasar y cuándo, en qué consiste el procedimiento.

   3.- No hay que mentir, y decirles que va a dolerles un poquito: "Si soplas y cuentas hasta tres te dolerá menos, porque sino no confiarán más en ti para la próxima vez".

   4.- No reñirles porque tengan miedo o por ejemplo griten; hay que validar sus emociones, 'yo de pequeña también tuve miedo como tú y luego vi que no dolió tanto', 'esto ayudó a que yo estuviera mejor', y es que, según sostiene, el sentirse identificados con sus padres les ayuda a afrontarlo con actitud.

   5.- Reconocer el esfuerzo hecho, 'estamos muy orgullosos de ti', y se muestra ese refuerzo por ejemplo a través de las recompensas emocionales (besos, abrazos, y decirles lo orgullosos que estamos), sino también con alguna otra recompensa como ir al cine o ir al parque, que tenga más que ver con pasar más tiempo junto a ellos, que no con un huevo de chocolate.

   Además, desde la British Psychological Society publicaron una serie de recursos destinados a ayudar a niños y jóvenes a gestionar cualquier preocupación o miedo relacionados con las vacunas y otros procedimientos médicos que puedan implicar el uso de agujas, y en su guía para padres apuntan los siguientes tips:

   1. Informe a su profesional de la salud al comienzo de la cita de si su hijo se ha desmayado en ocasiones anteriores durante este procedimiento, o si presentan mucho miedo a las agujas.

   2. Cuando esté tranquilo, hable honestamente sobre lo que sucederá, emplear un peluche si se ve necesario y si son mayores hablen de lo que pasará; explicar por qué necesitan que se haga esto, mencionar el orden en el que van a suceder las cosas.

   3.- Evitar decir que no le dolerá, porque no podemos estar seguros de lo que harán otras personas, y además la experiencia del dolor de cada persona es diferente.

   4.- Ofrecer opciones donde estén disponibles para que el menor se sienta seguro.

   5.- Decidir quién irá con ellos a la cita y escoger aquellos progenitores o tutores que no tengan problemas con las agujas porque esto les ayudará a estar más tranquilos durante la cita.

   6.- Ayúdalos a elegir su posición durante la extracción o puesta de la vacuna, anímelos a acostarse si se han desmayado antes; por lo general, para la mayor parte de las personas, el sentarse erguido es útil en estas situaciones y, por ejemplo, en el caso de los niños más pequeños pueden querer sentarse en la rodilla de los padres o cuidadores.

   7.- Ayudarles a elegir cómo sentirse cómodos: pídales que elijan ropa con la que estar lo suficientemente abrigado y con una manga que se enrolle.

   8.- Ayúdelos a elegir un método de distracción, como música, un libro, o incluso un peluche.

   9.- Ayúdelos a elegir qué pueden hacer juntos después de la cita.