MADRID 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
El jefe de la Unidad de Columna del Hospital Universitario Fundación Jimenez Díaz de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Columna, Luis Álvarez Galovich, ha señalado que la falta de ejercicio físico, el excesivo tiempo frente al ordenador y una mala alimentación "son factores que favorecen la aparición de contracturas y el dolor de espalda en niños y adolescentes".
En el marco del inicio del curso escolar, la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER) ha recordado que el peso de la mochila no debe exceder el 15-20 por ciento del peso corporal. "Por eso es importante elegir una mochila adecuada, con cintas anchas ajustables y un respaldo acolchado, y probarla previamente para estar seguros de que se adapta a la fisonomía y altura del niño, evitando que la mochila caiga por debajo de las nalgas", aconsejan.
Para una correcta distribución de la carga en el interior de la mochila, se recomienda colocar cerca del cuerpo el material con más peso. "Optimizar el peso del material escolar a transportar es una responsabilidad compartida, y los educadores tienen un papel esencial para evitar la carga diaria de todo el material", han dicho.
Asimismo, permanecer sentados durante largos periodos de tiempo, no solo en las aulas, también en casa a la hora del estudio, también puede originar dolores lumbares, sobre todo si no se realiza actividad física. "Por eso, practicar ejercicio a diario es la mejor prevención, además de vigilar lo que se conoce como higiene postural o ergonomía", han insistido.
SÍNDROME DEL "CUELLO DE TEXTO"
Pasar también demasiadas horas frente a dispositivos electrónicos puede provocar lo que se conoce como el síndrome del 'Cuello de Texto' o 'Text Neck', un trastorno muscular que aparece por la mala posición del cuello al estar inclinado hacia adelante durante largos períodos de tiempo, y que puede producir dolor y rigidez cervical.
El peso medio de la cabeza de un niño ronda los dos kilogramos. Por cada dos centímetros que se incline hacia adelante, se multiplica por 2 la presión ejercida sobre la columna cervical.
El uso prolongado de dispositivos móviles (smartphones, tablets) y la higiene postural incorrecta al utilizarlos ejerce una fuerte presión en la columna vertebral, y puede acarrear la aparición de patologías de mayor gravedad como la hernia discal. Esta "enfermedad tecnológica" afecta en gran medida a niños y adolescentes (casi un 90% de prevalencia en esta población).
"El síndrome del cuello de texto está relacionado cada vez más con la población joven, en la que vemos este tipo de patologías cada vez de forma más precoz. En los adolescentes, entre los 10 y los 20 años es donde es más común encontrar pacientes con estos síntomas, que acuden a consulta una cervicalgia que no cede y que se muestra de manera mantenida en el tiempo", apunta por otro lado el doctor Antonio Fernández de Rota, cirujano de columna en Málaga y miembro del GEER.
Por eso, desde la Sociedad Española de Columna se recomienda mantener los dispositivos al nivel de los ojos y evitar mirar hacia abajo; realizar descansos en el uso de los dispositivos y practicar algunos ejercicios de estiramiento y mantener una postura erguida.
DOLOR DE ESPALDA EN NIÑOS, RELACIONADO CON EL SEDENTARISMO
Más del 80 por ciento de los dolores lumbares en niños y adolescentes es de tipo funcional, es decir, casi siempre relacionado con contracturas, malas posturas y/o vida sedentaria. Es un diagnóstico frecuente, siendo la segunda causa de consulta por dolor en Atención Primaria. Sobre los 9-10 años, la zona más dolorida es la dorsal, mientras que a partir de los 15 años se equipara este dolor con el lumbar. La zona cervical es la que menos dolencias produce, y cuando se manifiesta lo hace especialmente en niñas.
Se estima que un 50 por ciento de los niños con dolor de espalda dejan de hacer deporte durante una temporada, y que un 25 por ciento incluso deja de ir a la escuela y no sale de casa mientras experimente el dolor.
El 70 por ciento de los niños tendrá dolor de espalda antes de los 16 años, en la zona cervical, dorsal o lumbar, de los que un 8 por ciento podría sufrirlo de manera crónica.
Cualquier tipo de traumatismo, fiebre, escalofríos o afectación al estado general del niño, un dolor irradiado a las extremidades superiores o inferiores, contracturas severas de las articulaciones o de la musculatura paravertebral, o cuando un dolor no ceda con la medicación habitual, son síntomas que requieren la consulta del especialista de columna.
Por eso, desde GEER, los expertos recomiendan: educar a los niños en la práctica deportiva continuada; insistir en la ergonomía postural y evitar el sobrepeso manteniendo una alimentación saludable.