MADRID, 21 May. (EDIZIONES) -
El sedentarismo y la mala alimentación de las sociedades desarrolladas ha provocado un aumento en las tasas de obesidad y sobrepeso entre la población infantil. Una situación que, si bien requiere medidas gubernamentales, como por ejemplo gravámenes a las bebidas azucaradas o frenar la publicidad y comercialización de alimentos ricos en grasas y azúcares, debe ser abordada desde el propio núcleo familiar.
"La clave para reducir los niveles de obesidad infantil es predicando con buen ejemplo y hacer bien las cosas en casa, para asentar las bases de una saludable relación con la comida con la que debemos lidiar a lo largo de nuestra vida", ha aseverado el portavoz del Instituto Médico Europeo (IMEO), Rubén Bravo, con motivo de la celebración del Día Europeo de la Obesidad.
Por ello, y con el objetivo de educar a las familias en hábitos de vida saludable, la institución ha aportado cinco consejos para combatir la obesidad infantil desde casa:
1. Tener un desayuno equilibrado y saludable. Se deben priorizar alimentos de absorción lenta y que aseguren un flujo de energía suficiente para un rendimiento escolar correcto durante toda la semana. Y es que, tal y como ha alertado la nutricionista del IMEO, Andrea Marqués, un desayuno rico en azúcares y grasas y escaso de nutrientes proporciona energía rápida de golpe, pero "poco duradera", ya que posteriormente se produce un bajón en el estado de ánimo.
2. Controlar las cantidades de azúcar ingeridas. Un niño con una diera de 1.750 calorías no debería sobrepasar los 37 gramos diarios de azúcar (unas 9 cucharaditas de café), siendo ideal que esta cantidad se redujera a la mitad. En este sentido, los expertos han avisado de que el problema "no es el azúcar añadido", sino el oculto que figura en el etiquetado como, por ejemplo, jarabe de maíz de alta fructosa, concentrado de zumo de fruta, sacarosa, glucosa, dextrosa, jugo de cana, malta, melazas, lactosa, miel, etil maltol y maltodextrina.
3. Realizar una hora de actividad física a diario y beber abundante cantidad de agua. Pasear el perro, ayudar con la compra, jugar en el parque, montar al bicicleta son hábitos que ayudan a combatir el sedentarismo. No obstante, este ejercicio no es suficiente para estar en buena forma física, por lo que es necesario realizar una hora diaria unas cuatro veces a la semana algún tipo de actividad física deportiva.
FOMENTAR HÁBITOS SALUDABLES
4. Reducir el tiempo que los niños pasan delante la pantalla. Los niños pasan una media de dos horas y media sentados delante del televisor, ordenador o jugando con las tabletas o 'smartphones'. Por ello, los expertos han subrayado la importancia de fomentar entre los menores actividades como correr, nadar, hacer caminatas en familia o montar en bicicleta para, así, mantenerles alejados de los malos hábitos.
5. Inculcar desde la infancia una cultura nutricional. Enseñar a un niño los motivos por los que un alimento le conviene más que otro le dará las claves para gestionar su estado físico y emocional en el futuro. Ante esto, Bravo ha aconsejado no utilizar alimentos como premio o castigo, ya que pueden asociar los dulces como alimentos buenos y las frutas y verduras como malos.
Por otra parte, el IMEO ha configurado, basándose en la pirámide nutricional y los requerimientos propios de la edad de crecimiento, un patrón de menú que determina las raciones de fruta, verdura, proteína, lácteos y pan que los niños han de tomar a diario.
En general, se recomienda que el 55 por ciento de la energía provenga de los carbohidratos, el 25 por ciento de las grasas y el 25 por ciento de las proteínas. "No hay que olvidar los aportes necesarios de fibra, vitaminas del grupo C, D y B, o minerales como calcio, hierro, zinc, fósforo y magnesio, relacionados con el crecimiento y el sistema nervioso", ha zanjado Marqués.