Las consecuencias de consumir alcohol durante el embarazo

Rueda de prensa sobre el trastorno del espectro alcohólico fetal
Rueda de prensa sobre el trastorno del espectro alcohólico fetal - SOCIDROGALCOHOL
Publicado: viernes, 22 octubre 2021 14:53

MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

La vicepresidenta de Socidrogalcohol y profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia, María Teresa Cortés, ha advertido sobre las dificultades de aprendizaje, retraso en el crecimiento y alteraciones cognitivas de distinta gravedad que pueden padecer los niños como consecuencia del consumo de alcohol durante el embarazo, lo que se conoce como trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF).

El TEAF es un trastorno que agrupa anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas que una persona puede padecer como consecuencia del consumo de alcohol durante el embarazo. Estas anomalías van a estar presentes a lo largo de toda la vida de la persona. Los niños y niñas que la padecen suelen presentar dificultades de aprendizaje, retraso en el crecimiento y alteraciones cognitivas de distinta gravedad.

En concreto, ha explicado las dificultades diarias a las que se enfrentan los niños y niñas y sus familias. "Son niños que suelen tener tallas y peso bajo y que empiezan a tener retrasos de aprendizaje a muchos niveles, por ejemplo, a nivel motor y cognitivo", apunta la experta.

"Pronto se ve que algo no va bien y se empieza a buscar qué hay detrás. Acaban en logopedas, psicólogos, unidades de salud mental, neuropediatras, entre otros especialistas, y poco a poco se va viendo que tienen dificultades asociadas también a sus rutinas diarias básicas", explica la profesional, en el marco de las XLVIII Jornadas Nacionales y III Congreso Internacional de Socidrogalcohol.

Muchos de los afectados son personas adoptadas de países de Europa del Este, donde los consumos de alcohol durante el embarazo son muy elevados. Sin embargo, Cortés explica que es importante que se visibilice la necesidad de no beber alcohol durante el embarazo, porque no hay ninguna cantidad de alcohol segura.

"Si vemos los datos de consumo de alcohol en jóvenes, vemos que ya son las mujeres quienes consumen más alcohol, ellas son las futuras madres y la normalización del alcohol en la sociedad es tal, que son susceptibles de consumir alcohol durante sus futuros embarazos y que este problema no sea solo de hijos e hijas adoptados", afirma.

SEIS DE CADA DIEZ EMBARAZADAS CONSUME ALGO DE ALCOHOL

"De hecho, se sabe por estudios ya realizados que seis de cada diez embarazadas consumen algo de alcohol durante el embarazo", detalla la experta. Se trata de un riesgo del que se desconocen las consecuencias, porque la afectación sobre el feto va a variar del momento del desarrollo del mismo y de la cantidad ingerida.

Es por eso que cada niño o niña con TEAF va a tener características propias distintas. "No hay dos casos iguales. Sí que muchos de ellos van a tener problemáticas comunes a lo largo de sus vidas, por ejemplo, mucha impulsividad o problemas para comprenderla ironía y las bromas, así como problemas judiciales derivados de sus conductas", comenta.

"El TEAF es 100 por ciento prevenible si no se consume alcohol desde el momento en el que se planifica el embarazo", explica el doctor Óscar García-Algar, jefe del Servicio de Neonatologia del Hospital Clínic-Maternidad y coordinador del Grupo de Recerca Infncia i Entorn (GRIE). En los últimos años, continúa, se ha mejorado el conocimiento sobre TEAF, lo que ha permitido describir mucho mejor el trastorno, más complejo de lo que se pensaba.

De hecho, ha destacado que un estudio realizado en el Hospital Clínic ha permitido describir un perfil neurocognitivo y conductual específico, un avance que permite implementar estrategias terapéuticas que se adapten a estos pacientes.

Gracias a estos nuevos hallazgos se ha podido desarrollar la app, VisualTEAF. Esta aplicación permite a los profesionales médicos y psicólogos cribar los signos físicos característicos del TEAF a través de la cámara del móvil, y permite analizar la medida y simetría de las estructuras faciales y facilitar el diagnóstico. Esto debe ir acompañado de una evaluación neuropsicológica para detectar los trastornos conductuales y cognitivos.