MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
Medicamentos que se dan a las mascotas domésticas para matar pulgas y garrapatas podrían ser efectivas para prevenir brotes de malaria, fiebre del Zika y otras enfermedades peligrosas transmitidas por insectos que infectan a millones de personas en todo el mundo, según un nuevo estudio dirigido por científicos de Calibr, un instituto de descubrimiento de fármacos sin fines de lucro estrechamente afiliado a 'Scripps Research', en Estados Unidos, y 'TropIQ Health Sciences', una empresa social holandesa.
Los investigadores descubrieron que una clase de medicamentos llamados isoxazolinas, que se venden en productos veterinarios como fluralaner ('Bravecto') y afoxolaner ('NexGard') para proteger a las mascotas de las pulgas y las garrapatas, también mata especies de mosquitos portadores de enfermedades que se alimentan de sangre humana.
El equipo de investigación, liderado por Koen Dechering, de TropIQ, y Matt Tremblay, de Calibr, determinó a través de estudios experimentales sobre mosquitos y modelos computarizados que dar medicamentos con isoxazolina a menos de un tercio de la población en áreas propensas a brotes estacionales de enfermedades transmitidas por insectos podría evitar hasta 97 por ciento de todas casos de infección, como se detalla en un artículo publicado este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
"Las enfermedades infecciosas transmitidas por insectos siguen siendo las principales causas de enfermedades graves y muertes en todo el mundo y se necesitan críticamente nuevos enfoques para prevenir los brotes de estas enfermedades --afirma Peter Schultz, director ejecutivo de 'Calibr' y 'Scripps Research'--. Nuestros hallazgos sugieren que las isoxazolinas podrían ser eficaces para controlar los brotes de enfermedades transmitidas por mosquitos y otros insectos en regiones con una infraestructura médica limitada".
Millones de personas cada año contraen la malaria, la fiebre del Zika y otras enfermedades transmitidas por insectos que son particularmente frecuentes en las regiones tropicales y subtropicales. En 2016, se calcula que 216 millones de personas contrajeron malaria en todo el mundo y 445.000 murieron a causa de la enfermedad (en su mayoría niños de la Región de África), según los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos. El zika, una enfermedad transmitida por mosquitos que puede causar defectos de nacimiento en bebés nacidos de madres infectadas, se ha extendido rápidamente en todo el planeta en los últimos años y ahora se encuentra en 90 países.
Los mosquitos no son los únicos portadores de tales enfermedades. La leishmaniasis, causada por parásitos protozoarios transmitidos por moscas de arena, es endémica de partes de África, América del Sur, Medio Oriente e India. Aunque es menos frecuente que la malaria, las formas de leishmaniasis que afectan a los órganos internos pueden ser fatales si no se tratan.
"La investigación sobre enfermedades transmitidas por insectos se ha centrado predominantemente en el control de poblaciones de insectos mediante el uso de insecticidas y la prevención de picaduras a través de la distribución de mosquiteros, pero estos enfoques no han sido totalmente efectivos para controlar los brotes --dice Koen Dechering, de 'TropIQ Health Sciences'--. En la mayoría de las enfermedades faltan vacunas y los medicamentos para tratar a las personas que han contraído la enfermedad están perdiendo eficacia debido a la resistencia emergente".
HASTA UN 70 POR CIENTO MENOS DE CASOS
El equipo de investigación internacional analizó una nueva estrategia, la posibilidad de administrar isoxazolinas a los seres humanos para bloquear la transmisión de enfermedades por insectos. Las isoxazolinas se venden en productos veterinarios como fluralaner 'Bravecto') y afoxolaner ('NexGard'), los cuales protegen a las mascotas de las pulgas y garrapatas.
Cuando se administran por vía oral, los medicamentos se absorben en el torrente sanguíneo y se diseminan por todo el cuerpo del animal, donde permanecen activoa hasta durante tres meses. Aunque son bien tolerados en perros y gatos, los medicamentos matan pulgas y garrapatas chupadoras de sangre que se alimentan de la sangre de los animales tratados al dañar el sistema nervioso de los insectos.
Los científicos de 'Calibr' y 'TropIQ' y sus colaboradores probaron dos de los medicamentos, fluralaner y afoxolaner, y descubrieron que también mataban especies de mosquitos portadores de enfermedades y moscas de arena que se alimentan de sangre humana infundida con los insecticidas. Los fármacos también fueron efectivos contra las cepas de insectos que son resistentes a los insecticidas comunes.
Sobre la base de los datos existentes de los estudios de los fármacos en animales, los investigadores estimaron que una sola dosis en humanos de estos medicamentos transmitiría un efecto insecticida contra los mosquitos y las moscas de arena con una duración de 50-90 días.
Observando la incidencia de malaria, su modelado mostró que en áreas con transmisición baja y muy estacional, como Senegal, Sudán, Madagascar, Namibia, Botswana y Zimbabwe, dar isoxazolinas al 30 por ciento de la población podría evitar más del 70 por ciento de las infecciones. Las regiones con un mayor número de casos y brotes durante todo el año verían una menor reducción porcentual, pero la reducción general en estas áreas podría ser dramática.
La República Democrática del Congo tiene entre 16 y 20 millones de casos de malaria anualmente, por ejemplo, por lo que una reducción del 30 por ciento evitaría hasta 6 millones de casos. Según los estudios de seguridad del uso de isoxazolina en animales, los medicamentos tienen una gran posibilidad de ser seguros si se usan en humanos. El equipo de investigación está planeando evaluar la eficacia de los medicamentos en humanos y anticipar que estos estudios llevarán alrededor de dos años.