MADRID, 17 May. (EDIZIONES) -
En general se tiende a interpretar que el trastorno por el consumo de sustancias no va de la mano de un trastorno psiquiátrico, cuando en realidad sí es así. La patología dual abarca pacientes consumidores de sustancias psicoactivas que, además, tienen un diagnóstico psiquiátrico.
"Se trata de pacientes que tienen dos diagnósticos, un trastorno mental más un trastorno por consumo de sustancias, que también se considera un trastorno mental. Son personas con depresión y que, además, tienen dependencia a la nicotina, o al alcohol, por ejemplo. En algunos casos no llegan a tener dependencia, pero sí la consumen. Esto, junto con la existencia de ese trastorno mental, confiere una mayor gravedad a ese consumo", explica a Infosalus el doctor Luis San, psiquiatra y director de Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Barcelona.
Este experto, que acaba de publicar la primera guía de práctica clínica a nivel mundial para el tratamiento de la patología dual en la población adulta, pone el ejemplo de una persona con esquizofrenia, cuya esperanza de vida, sólo con ese diagnóstico, está reducida en 15 años. "Si esta persona además es fumador de tabaco, su esperanza de vida quedará aún más reducida y alterada en condiciones de calidad de vida", remarca.
El psiquiatra señala además que ese doble diagnóstico de patología dual puede presentarse en un planteamiento inverso, toxicómanos que, además de su drogadicción tienen enfermedad mental.
Según asegura, en general, la frecuencia de esa asociación está ya claramente determinada, y no se debe al azar. Igualmente, señala que las personas con enfermedad mental son más vulnerables a los efectos de estas sustancias, y esto explicaría esa coexistencia o comorbilidad o elevada frecuencia de patología dual en esta población.
A su juicio, puede que exista también una parte de componente genético, pero sobre todo los pacientes con enfermedad mental son más susceptibles a los efectos gratificantes del consumo de una sustancia. Según asegura, estas dos patologías se refuerzan mutuamente y negativamente.
"Se ha visto que cada vez es más frecuente esa asociación. En general, la enfermedad mental suele anteceder al consumo de sustancias , pero el consumo de éstas suele ser más placentera o gratificante en estos pacientes que en la población general. Un paciente con ansiedad o depresivo encuentra alivio en el consumo de alcohol, más que una persona de la población general", aclara.
En concreto, el director de Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Barcelona indica que las patologías duales más graves son aquellas ligadas a los trastornos del espectro de la esquizofrenia y los trastornos bipolares; mientras que los más frecuentes en la población general son la ansiedad, la depresión y el trastorno por déficit de atención en el adulto.
LA ESQUIZOFRENIA Y EL CANNABIS
Así, el psiquiatra resalta el caso de la esquizofrenia y el consumo de cannabis, una relación que sí existe. "Que facilitar el acceso a la sustancia incremente el número de pacientes de esquizofrenia es una pregunta compleja pero hay que saber que sí que hay una asociación entre el consumo de cannabis y el desarrollo de esa enfermedad. Eso sí, se trata de una condición necesaria, y no suficiente. También es necesario que la persona tenga otros factores de riesgo de tipo genético, o ambiental, por ejemplo", reseña.
Por ello, afirma que sólo si concurren muchos de estos factores de riesgo, el cannabis también se convierte en uno de ellos. En este punto, San destaca que España es uno de los mayores países consumidores de cannabis en Europa, más que incluso Holanda, donde el consumo de la sustancia está despenalizada. "Sin embargo, la prevalencia de esquizofrenia en España, a pesar del incremento en el consumo, se mantiene estable", llama la atención.
Además, aclara que siempre que se habla del consumo de una sustancia también hay que identificar la intensidad y la composición de la misma, todo aquello que esté relacionado con el patrón de consumo de la sustancia.