MADRID 7 May. (EDIZIONES) -
En 1906 el Premio Nobel de Medicina recayó en el español Santiago Ramón y Cajal, con quien nació el concepto de 'neurona'. Defendía que el cerebro estaba formado por cien mil millones de neuronas, entidades separadas que se comunicaban entre sí, intercambiando informaciones químicas en unas zonas donde sus membranas respectivas se tocaban: la 'sinapsis'.
"Las neuronas están permanentemente descifrando mensajes. Cada objeto de nuestra mente adquiere la forma de una representación mental codificada en nuestras cien mil millones de neuronas conectadas con el mundo", subrayan Lionel Naccache, neurólogo y neurocientífico del Instituto del Cerebro y de la médula espinal de París, que ha escrito junto a su mujer, Karine Naccache, escritora, 'De qué hablamos cuando hablamos del cerebro' (Paidós).
Según recoge la revista 'Neurología' en un estudio de 2010, las células gliales son consideradas tradicionalmente como las 'células de soporte' de las neuronas. Además, destaca que estas células constituyen la inmensa mayoría de las células cerebrales al superar en número a las neuronas por un factor de diez.
A este respecto, Naccache señala que, en cierta manera, se trata de las células que rodean a las neuronas en el cerebro. "En cierto modo es el pegamento de las neuronas. Se compone de varios tipos de células, entre las cuales están los 'astrocitos', cuyo nombre evoca la forma de las estrellas (astros), y no el papel estelar que, como todo el mundo sabe corresponde a las neuronas", precisa el también profesor de Medicina en la Universidad de París VI.
En concreto, existen los siguientes tipos de células gliales: los astrocitos; las células gliales que envuelven los axones (oligodendrocitos, células de Schwann, células satélites); y la microglia, cuya función es fagocitaria. Los astrocitos y las células gliales que envuelven los axones (prolongación de la neurona) forman la macroglia.
Así, el experto señala que el papel conocido de las células gliales se redujo durante mucho tiempo a determinadas funciones que efectivamente realizan, y que además son esenciales: "Desempeñan el papel de 'amas de casa' del cerebro. Amas de casa al servicio y confort de las neuronas, que aparecen como los verdaderos actores de nuestra vida mental subjetiva, nuestra percepción, nuestra conciencia".
Además, señala que las células gliales se encargan de la oxigenación y de la alimentación de las neuronas, eliminan sus desechos, las arropan para que no tengan frío y envuelven suavemente sus axones (la larga cola de las neuronas) "con mantas aislantes", a fin de que puedan comunicarse entre sí "con una velocidad prodigiosa, y la precisión de un relojero suizo".
A diferencia de las neuronas, el neurólogo señala que la inmensa mayoría de las neuronas no se reproducen, mientras que las células gliales, "serviles y trabajadoras", sí conocen las alegrías de la mitosis o división celular.
NUEVAS FUNCIONES CONOCIDAS
En este punto destaca los últimos avances científicos en la materia, que apuntan a nuevas funciones de las células gliales, unas funciones más complejas y sutiles. Entre éstas, menciona que los astrocitos o células estrella también liberan neurotransmisores, y por eso son capaces de comunicarse con las neuronas y de modular su actividad.
"En otras palabras, la glía participa mucho más directamente de lo que se creía en las elucubraciones de nuestro cerebro. ¡Y sólo estamos al principio de esa revolución conceptual!", celebra Naccache.
A su vez, el neurocientífico indica que las neuronas y las principales células gliales derivan de las mismas células madre neurales. "Por lo tanto, allí donde algunos veían una diferencia de naturaleza entre la glía y las neuronas, parece que existe un origen común sometido a los efectos del entorno y de la diferenciación celular", agrega el experto.