MADRID, 26 Mar. (EDIZIONES) -
La conjuntivitis es uno de los problemas oculares más frecuentes y también uno de los más incómodos para quienes la sufren, y su incidencia puede aumentar en estos próximos meses con la llegada de la temporada de alergias, ya que una de las variantes de esta enfermedad está asociada a la reacción del cuerpo al polen.
De hecho, desde Innova Ocular, red nacional de clínicas de Microcirugía Ocular, apuntan que con la llegada de la primavera suelen aumentar las preguntas sobre cómo prevenir, tratar y evitar nuevos contagios.
Causada por la inflamación de la conjuntiva, la capa que reviste el interior del párpado y cubre la parte blanca del ojo, se distinguen tres tipos en función de su origen: viral (causada por diferentes virus, muchos de las vías respiratorias), bacteriana (por la infección de ciertas bacterias en el ojo, muy frecuente en niños y de fácil contagio); y alérgica (además de por el polen, también puede estar causada por los ácaros del polvo, los pelos de los animales, las lentes de contacto y el líquido para limpiarlas, los cosméticos).
Los síntomas de la conjuntivitis se reconocen de inmediato y, aunque pueden variar según la causa, por lo general incluyen enrojecimiento o inflamación de la parte blanca del ojo o detrás del párpado, aumento de la cantidad de lágrimas o mayor sensibilidad a la luz, secreción blanca, amarillenta o verdosa, picazón y ardor en los ojos, sensación de cuerpo extraño o arena, o aparición de legañas y costras en ojos o pestañas, según explican los expertos.
En cuanto a las estrategias de tratamiento, en este centro indican que dependen de la causa de la afección ocular. Mientras la conjuntivitis leve se cura sola, la primera medida debe ser la limpieza de los ojos quitando las secreciones con un paño limpio, agua hervida tibia o suero fisiológico.
También suelen ser útiles las compresas frías y los analgésicos, según apuntan desde Innova Ocular, mientras que el tratamiento médico suele consistir en la administración de colirio o gel antibiótico, que siempre debe ser prescrito y controlado por el oftalmólogo.
En este sentido, en el centro insisten en lo fundamental de acudir al especialista "si la conjuntivitis va acompañada de dolor en los ojos entre moderado y fuerte; si causa problemas en la vista, como sensibilidad a la luz o visión borrosa, que no mejoran cuando se elimina la secreción de los ojos".
Además, en los casos en los que provoque enrojecimiento intenso o cuando los síntomas empeoran o continúan, se puede pensar en la presencia de la forma grave de conjuntivitis viral, causada por los virus del herpes simple o de la varicela-zóster.
¿CÓMO PREVENIR EL CONTAGIO?
La facilidad de contagio de este problema ocular hace que muchas de las dudas e inquietudes de la población al respecto giren en torno a cómo evitarlo o cómo reducir su riesgo de transmisión, lo que pasa por unas sencillas medidas de higiene que debe seguir la persona afectada:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón o usar limpiadores para manos a base de alcohol.
- Evitar tocarse o restregarse los ojos.
- No usar lentes de contacto.
- Limpiar la secreción alrededor del ojo varias veces al día, enjuagándose las manos antes y después y usando un paño limpio o una bola de algodón para limpiar el área del ojo.
- Lavarse las manos también después de aplicar gotas o pomada para los ojos, y no usar el mismo envase de éstas para los ojos infectados que para los sanos, aun en la misma persona.
- Lavar fundas de almohadas, sábanas, paños y toallas con agua caliente y detergente; y enjuagarse las manos después de tocar estos artículos.
- No compartir toallas, sábanas, fundas de almohadas, maquillaje para ojos y cara, cepillos cosméticos, lentes de contacto y envases, ni gafas.
- Lavar frecuentemente las gafas.
- No realizar baños de inmersión.